Religiosos de todo el mundo abordan la identidad y significatividad de la VR apostólica

Celebrado en Roma el Seminario Teológico de USG-UISG

(M. Victoria Gz de Castejón, rscj, coordinadora del Seminario Teológico USG-UISG. Foto: Vidimus Dominum) Sesenta y dos religiosos provenientes de 28 países y de los cinco continentes se han reunido en Roma del 7 al 12 de febrero con el fin de empezar una reflexión teológica conjunta, y dialogar y discernir en profundidad sobre la Identidad y significatividad de la Vida Religiosa apostólica (VRA) en el contexto actual, teniendo en cuenta las distintas sensibilidades culturales en dicha reflexión. El encuentro ha sido organizado por las dos Uniones de superiores y superioras generales (USG-UISG), en continuidad con el congreso de 2004 Pasión por Cristo, pasión por la humanidad. Era la primera vez que superiores generales y teólogos de todo el mundo se juntaban para profundizar e intercambiar sobre temas importantes de la VR.

Cada uno de los cuatro días hubo una ponencia central y otras complementarias. Entre los conferenciantes, destacaron el P. Antonio Pernia, SVD, de Filipinas, quien presentó el tema Retos y oportunidades para la Vida Consagrada en el contexto del mundo y de la Iglesia de hoy; la teóloga estadounidense Mary Maher, SSND, quien habló sobre Llamados y enviados: reflexiones sobre la teología de la Vida Consagrada hoy; el carmelita descalzo mexicano Camilo Maccise, quien escribió y envió su charla (presentada por el español Miguel Márquez), titulada Fundamento y desarrollo de la teología de la VCA: adquisiciones y problemas, y la teóloga brasileña Vera Bombonato, FSP, que presentó una Reflexión teológica sobre nuevas experiencias de VCA.

Cada una de las presentaciones había sido traducida y enviada previamente a los participantes para una lectura y reflexión. Por las tardes, en grupos lingüísticos, se profundizaban algunos temas, dejando que el Espíritu guiase la reflexión; el día terminaba con una prolongada asamblea plenaria en la que se continuaba la reflexión. Fue una metodología que privilegiaba el diálogo, la profundización y el discernimiento, evitando dogmatizar y sin querer concluir apresuradamente en algún documento.

Nuevas formas y nuevos lenguajes

Día tras día fue emergiendo la unidad de la VR, como seguimiento de Jesús con su estilo de vida vivido en comunidad para el Reino, y su diversidad en los variados contextos. La palabra de Jesús “estar en el mundo sin ser del mundo” requiere un diálogo atento con la realidad, ya sea secularizada, empobrecida, violenta o pluricultural, de la que brotan necesariamente nuevas formas y nuevos lenguajes.

En esta “identidad en camino” se fueron detectando aspectos necesitados de renovación o/y de profundización teológica. La pregunta final ha sido cómo seguir caminando juntos potenciando el carisma de la VR.

Queda pendiente el reto de actualizar la teología de la VRA, bien arraigada en su elemento vocacional, en relación positiva con un mundo cambiante y desde una eclesiología de comunión.

Más información, en el próximo número (nº 2.742) de Vida Nueva y en www.vidanueva.es

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