Iglesia, poder y sociedad, a debate en Argentina

La diócesis de Merlo-Moreno acogió una nueva edición del Seminario de Formación Teológica

Bargalló (segundo por la izq.), con los organizadores del seminario)

(Washington Uranga. Buenos Aires) La diócesis de Merlo-Moreno, ubicada en las cercanías de la capital argentina, fue sede de la 26ª edición del Seminario de Formación Teológica que, con sentido ecuménico, realiza cada año en la Argentina un importante conglomerado de cristianos comprometidos con opciones populares y organizaciones de base. El encuentro, que tuvo lugar durante la primera semana de febrero, llevó por lema Tiempo de quiebres, tiempo de poder. Al recibir a los participantes el obispo local, Fernando Bargalló, les expresó su satisfacción por acogerlos y les dijo que “estamos pisando tierra sagrada, donde se está escribiendo una historia, que no está en los libros académicos, pero, ciertamente, está siendo registrada prolijamente en el Libro de la Vida de Tata Dios”. Refiriéndose a la Argentina, el obispo sostuvo que “somos un pueblo que no baja los brazos y que apuesta por la construcción de la vida y los sueños, y que si a todo se le agrega que quien nos empuja es Jesús, ¡cuánto más! para que esta construcción nos siga enriqueciendo”.

Al enmarcar la reflexión, los organizadores señalaron que, “cuando hablamos de pueblo, no estamos hablando de una sumatoria de experiencias, sino de articulación de experiencias que dinamizan y le dan sentido a la vida colectiva”, advirtiendo también que “una gran falencia es (…) que se habla mucho de la unidad de todo el campo popular y de ejercer el poder popular, pero, en los hechos, esta tarea parece más idealista que otra cosa”.

or eso es necesario, sostienen, preguntarse “qué entendemos por poder popular y qué abarca el campo popular, y además, preguntarnos cómo nos salimos de la posición idealista” para aprovechar “puntos de anudamiento de la hegemonía, que tal vez no sean los mejores, pero son los posibles en un determinado momento histórico”.

A través del proceso metodológico implementado, que combinó el trabajo en comisiones con exposiciones y búsqueda de consensos, se apuntó a “pensarnos en clave de pueblo”. Para ello, se abogó por poner “el énfasis en el poder, nuestras posibilidades y la compleja construcción de un proyecto de pueblo que sea capaz de profundizar y anudar las prácticas para encaminarnos en un proceso donde podamos despojarnos de los idealismos purificadores”, para así entrecruzar “los mundos de este mundo y que sean reconocidos desde la perspectiva del amor y la vida”.

Celebrar, no sólo protestar

Néstor Miguez, teólogo metodista, sostuvo que “un pueblo es una unidad en conflicto consigo mismo; tiene muchas cosas en común y, a la vez, se pelea internamente por eso que tienen en común”. En otro momento, el propio pastor Míguez afirmó que “en nuestro pueblo se ve la recuperación de la capacidad de festejar, no sólo de protestar”, agregando que con ello “empieza a mostrarse que un pueblo se construye no sólo de protestas, sino también de celebración”.

Claudia Korol, educadora popular, afirmó que “en este encuentro no hablamos de pueblo, hablamos como pueblo, estamos siendo pueblo al reconocer la memoria colectiva, al aprender la fuerza de nuestro latir como comunidad que hunde sus raíces en una historia compartida y que extiende sus frutos para cambiar la realidad”.

Por su parte, el obispo Bargalló, en la celebración que clausuró el seminario, señaló que “este proyecto de pueblo, de familia grande, no va a caer del cielo: hay que conquistarlo juntos, con entrega y sacrificio, en la lucha permanente, perseverante y generosa, donde damos y recibimos, donde crecemos, donde seguimos alimentando el sueño de una patria para todos”.

Durante cinco jornadas, los participantes reflexionaron sobre “la Iglesia, el poder y qué proyecto de Pueblo queremos construir”. Para ello, se reunieron personas llegadas de todo el país y de naciones vecinas, que trabajaron en grupos, participaron de plenarios, debatieron ideas e intercambiaron experiencias. Las actividades se desarrollaron en torno a seis “espacios de referencia” o comisiones temáticas sobre culturas juveniles, corporeidad, comunicación y poder, minorías creativas en la práctica de Jesús, diversidad federal y problemáticas urbanas.

Al encuentro también fueron invitados a exponer representantes de distintos partidos y fuerzas políticas, quienes intercambiaron con los participantes sobre la coyuntura política de la Argentina, país que este año se encuentra inmerso en el debate electoral que culminará en octubre con los comicios presidenciales y de renovación parcial del Poder Legislativo y autoridades en la mayoría de los estados provinciales.

En el nº 2.741 de Vida Nueva

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