¿Hasta cuándo, Señor?

(José Mª Rodríguez Olaizola– Sociólogo jesuita)

“¿Por qué esta imagen me asalta con tanta fuerza estos días? Porque hace unas semanas un hombre que ya no podía más se quitó la vida. Y esa chispa prendió una mecha, y desencadenó una oleada de protestas que traspasó fronteras, y un grito pidiendo “¡Libertad!” pareció contagiar millones de gargantas. (…) Tendremos que aprender a responder: “Hasta que decidamos hacer algo”…”

Ni siquiera recuerdo en qué película lo vi. Era una película de temática religiosa. Como se ve, no me dejó gran recuerdo. Salvo la imagen de un hombre clamando al cielo, repitiendo ese grito que es mezcla de ruego y reclamación: “¿Hasta cuándo?”. Creo recordar que lo esperado era algún tipo de liberación. Y hasta ahí mi memoria.

Pero de vez en cuándo esa imagen vuelve, y como una jaculatoria, tengo la tentación de repetir el mismo clamor cuando algo rechina, indigna o me duele. Y motivos hay hasta para aburrir, cerca y lejos, personales y colectivos, eclesiales, sociales, políticos y económicos.

Sin embargo, si algo voy teniendo claro es que en la mayoría de las ocasiones la pregunta ha de volverse hacia nosotros. Y tendremos que aprender a responder: “Hasta que decidamos hacer algo”. “Hasta que digamos: ¡Basta!”. “Hasta que alguien plante cara a lo abusivo, lo injusto, lo excesivo”. Hay muchas cuestiones sobre las que vivimos en permanente desasosiego. ¿Como un volcán dormido a punto de entrar en erupción?

¿Por qué esta imagen me asalta con tanta fuerza estos días? Porque hace unas semanas un hombre que ya no podía más se quitó la vida. Y esa chispa prendió una mecha, y desencadenó una oleada de protestas que traspasó fronteras, y un grito pidiendo “¡Libertad!” pareció contagiar millones de gargantas. Y la visión de esas riadas humanas, la información sobre familias de sátrapas finalmente perseguidos, la imagen de un hombre firme delante de un camión antidisturbios (que recuerda a aquel otro estudiante ante un tanque en Tiananmen) me recuerda que hay muchas situaciones en las que hace falta valentía, sinceridad y plantar cara a aquello que creemos injusto.

Y, en muchas cuestiones que nos inquietan y duelen, también en esta Iglesia nuestra, creo que la respuesta a la pregunta que encabeza este artículo es: “¡Hasta que vosotros queráis!”.

jmolaizola@vidanueva.es

En el nº 2.740 de Vida Nueva.

Compartir