Editorial

La pastoral universitaria no debe ser marginal

Compartir

Publicado en el nº 2.739 de Vida Nueva (del 29 de enero al 4 de febrero de 2011)

La universidad es, en su origen, una de las expresiones más significativas del interés evangelizador de la Iglesia. Su nacimiento está vinculado a ella, aunque más tarde, las vicisitudes históricas la hayan llevado por otros derroteros. La presencia de la Iglesia en la universidad no es una tarea ajena a la misión de anunciar la fe.

La presencia eclesial no puede, sin embargo, limitarse a una intervención cultural y científica puntual o a alguna que otra actividad que afecte al culto o a espacios dedicados a él en su interior. Tiene que ofrecer la posibilidad efectiva de un encuentro con Jesucristo.

La presencia y la misión de la Iglesia en la cultura universitaria revisten formas diversas. Hay una primera tarea, que es apoyar a los católicos comprometidos en la vida de la universidad como profesores, estudiantes, investigadores o colaboradores. La Iglesia se preocupa después por el anuncio del Evangelio a aquellos que, en su interior, no lo conocen todavía y están dispuestos a acogerlo libremente. Su acción se traduce también en diálogo y colaboración sincera con todos los miembros de la comunidad universitaria que estén interesados por la promoción cultural del hombre y el desarrollo cultural y social de los pueblos.

Esta visión pide a los agentes de esta pastoral entender la universidad como un ambiente específico con problemas propios. El éxito de su empeño dependerá, en buena medida, de las relaciones que se establezcan, relaciones que son difíciles y que, en ocasiones, siguen estancadas en sus etapas iniciales.

La pastoral universitaria no debería quedar en los márgenes de la pastoral ordinaria. Por ello, se hace necesario que toda la comunidad cristiana tome conciencia de su responsabilidad pastoral en relación con el ámbito universitario. Hay muchos esfuerzos primeros que se ven deshechos por esta labor.

INFORMACIÓN RELACIONADA