ESPERAR ACTIVAMENTE UN FUTURO MEJOR

María Stella Rodríguez

Hablar de superación de las adversidades en una realidad tan difícil como la que están viviendo miles de colombianos debido a la ola invernal resulta casi inhumano, pedir fortaleza y creatividad cuando la vida está en peligro, cuando todo lo que se tiene está bajo el agua o el barro y cuando el hambre, el frío y la desprotección paralizan toda esperanza, parece añadir una carga más, por esto, es precisamente ahora que la resiliencia colectiva debe operar, pues la posibilidad de hacer procesos de resiliencia no es una tarea exclusivamente de quien pasa por una situación dolorosa, sino que es fruto de quienes tienden la mano de manera solidaria.

Recordemos que resiliencia es la posibilidad que tiene una persona o un grupo para desarrollarse, para continuar proyectándose en el futuro, pese a la presencia de acontecimientos desestabilizadores, pese a la presencia de condiciones de vida difíciles o de hechos traumáticos que en ocasiones son catastróficos.

Esperar contra toda esperanza: es la esperanza tan inevitable como la fantasía. La esperanza en tiempos difíciles es un desafío. Hay momentos de crisis en los cuales la situación parece estar perdida, cuando la salida no se vislumbra. Son estas situaciones llamadas crisis las que nos mueven a buscar alternativas que permitan el crecimiento. En estos momentos el ser humano es capaz de rebelarse contra el dolor, contra la adversidad y tomar recursos externos e internos para salvarse. Por tanto, motivar la resiliencia es ir en contra de una cultura desesperanzada e inmediatista y sobre todo implica salir de nuestro individualismo e indiferencia. Implica además decisiones contundentes en materia de políticas económicas que eviten que esto ocurra en cada invierno.

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