El Papa declara “venerable” a un joven valenciano

(José Ramón Navarro. Valencia) Benedicto XVI firmó el 14 de enero el decreto que declara las virtudes heroicas del joven valenciano Faustino Pérez-Manglano, muerto en 1963 a los dieciséis años de edad. El decreto le declara “venerable”, por lo que se permite la devoción privada y supone un gran avance en su proceso de canonización.

Faustino nació en Valencia en 1946 y fue alumno del colegio del Pilar desde 1952. Sencillo, extrovertido, gran amante de la naturaleza y el fútbol, en 1961, la enfermedad de Hodgkin comenzó a mermar su salud, aunque no su fe y alegría. De hecho, asumió su enfermedad y “su muerte con naturalidad después de dar un testimonio excepcional durante toda su vida y hasta el último momento”, según afirma el sacerdote marianista José María Salaverri, que fue profesor suyo y es autor de la biografía Tal vez me hable Dios (PPC), que, traducida a once idiomas, ha permitido que su testimonio sea conocido en todo el mundo. “Faustino quería ser misionero, y lo está siendo desde el cielo”, señala Salaverri.

Para el religioso, este reconocimiento supone “una ayuda para que los jóvenes de hoy sepan que la santidad está al alcance de ellos y que en cada uno se pueda despertar el santo escondido que todos llevamos dentro desde nuestro bautismo”. De hecho, su vida es uno de los ejemplos que se va a proponer a los jóvenes en la JMJ de Madrid.

Según Salaverri, Faustino destacaba por ser “un chico con una gran alegría de vivir y de ser cristiano”. “Hay una gran armonía en su vida, no hay compartimientos estancos. El amor de Dios, el amor a Cristo y María está metido en su ser e impregna cada una de sus actividades”, concluye.

Ahora, el proceso de canonización, iniciado en 1986, continúa su curso, a la espera de que aparezca un milagro que pueda ser atribuido a su intercesión, y así poder ser declarado beato. En ese caso, Faustino se convertiría en el beato más joven de la Iglesia valenciana.

En el nº 2.738 de Vida Nueva.

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