Sólo Dios sabe…

(Jesús Sánchez Adalid– Sacerdote y escritor)

“Quienes vaticinan que vamos hacia una sociedad individualista y de progresiva desmovilización, quizá deban replantearse sus argumentos. Porque estos jóvenes que se ven sorprendidos por una crisis inesperada, serán los protagonistas necesarios de su resolución”

La mayoría de las opiniones sobre la juventud están basadas en tópicos, en casos muy particulares o en conocimiento de oídas. Y a esta juventud ya se le ha colgado un mote: la “generación ni-ni”; porque “ni” estudia, “ni” trabaja. Quizá sea cierto que se vive una quiebra importante en el seno de la juventud. Sobre todo porque la realidad actual de la crisis hace patente que el esfuerzo y el sacrificio no recompensan en el futuro a la persona; por lo que muchos jóvenes buscan la satisfacción inmediata; están inmersos en la cultura de un mal entendido “bienestar” que, finalmente, es un “usar y tirar”.

Pero quienes vaticinan que vamos hacia una sociedad individualista y de progresiva desmovilización, quizá deban replantearse sus argumentos. Porque estos jóvenes que se ven sorprendidos por una crisis inesperada, serán los protagonistas necesarios de su resolución. Ya que esta situación tan particular influirá en sus escalas de valores y en su experiencia vital.

Es cierto que determinadas formas de asociacionismo y participación parecen disolverse, y que el desapego de la política crece; pero se desarrollan otros modelos. Y en los próximos años será fundamental ver cómo evolucionarán muchos de los valores y creencias. Estamos ante un momento histórico en el que la juventud, con la ayuda forzosa de los adultos y con su manejo de las nuevas tecnologías, desempeñará un importante papel en la salida de la crisis y en una nueva realidad. Pero sólo Dios sabe cómo…

En el nº 2.737 de Vida Nueva.

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