(Maite López Martínez) Hace ya meses que la Editorial San Pablo anunciaba un nuevo disco de Kiko Argüello. Se sabía que nacía de una iniciativa propia del autor instado por una carta de Antonio María Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid, en la que le pedía realizar este servicio a los jóvenes a través de la música cara a la Jornada Mundial de la Juventud del 2011.
El disco, que era esperado con ansia por muchos, se puso a la venta en vísperas de Navidad, agotándose la primera tirada de 5.000 ejemplares en tres días. No cabe duda de que este artista polifacético, que despierta todo tipo de pasiones, resulta un fenómeno también en lo musical, pues en apenas tres semanas se ha superado en ventas la sorprendente cifra de 10.000 ejemplares.
Desde que empezó su andadura como cantautor en los años sesenta, sus composiciones se han centrado fundamentalmente en la fuerza de la Palabra de Dios, manteniendo una marcada línea acústica, al estilo de los cantores del pueblo que surgieron en aquellos años. Para Kiko Argüello, que compone a golpe de guitarra y Biblia, sus canciones brotan más de un servicio a los miembros del Camino que de una necesidad expresiva.
Tiene por costumbre componer al menos un tema al año para dar inicio a las catequesis de cada curso, de modo que su repertorio, tras cincuenta años del nacimiento de este movimiento eclesial, es muy abundante.
Paloma incorrupta es el que ha compuesto para el presente curso y el título elegido para el nuevo disco. Contiene once canciones exclusivamente marianas en las que podemos escuchar su peculiar voz arropada por un coro y un nutrido grupo de músicos. Un disco que hará historia, más pensado para dentro que para fuera, en un género musical y un lenguaje poco juvenil aunque, ciertamente, llamado a ser accesible y popular.
Más información: www.musica.sanpablo.es/kikoarguello
