Benedicto XVI: “Negar la libertad religiosa crea desequilibrios y conflictos”

En su discurso al Cuerpo Diplomático, el Papa insiste en su defensa de este derecho “irreprimible”

(Vida Nueva) La preocupación de Benedicto XVI por la libertad religiosa se está convirtiendo en uno de los ejes de este pontificado. La penúltima intervención en este sentido ha sido el discurso del 10 de enero ante los embajadores de 178 Estados que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede: “Ciertamente no se puede reprochar al Papa que no haya hablado claramente. Todos pueden comprender sin dificultad lo que ha dicho”, señala el P. Federico Lombardi, director de la Salta de Prensa vaticana.

En su comentario del discurso al Cuerpo Diplomático, transmitido por Radio Vaticano el lunes 10 de enero, el P. Lombardi recuerda otras intervenciones memorables del Papa en la defensa de la libertad religiosa, como su discurso en el Westminster Hall de Londres, el pasado septiembre; sus intervenciones en el Sínodo de los Obispos para Oriente Medio, en octubre y, por supuesto, el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, el 1 de enero, titulado La libertad religiosa, camino para la paz.

Éste último “había ofrecido un amplio panorama sobre los fundamentos del derecho a la libertad religiosa y sobre la necesidad de tutelarlo frente a riesgos y ataques, tanto de violaciones concretas y dramáticas, como de actitudes negativas de origen ideológico-cultural con consecuencias jurídicas”, ha explicado Lombardi.

Ahora, el discurso ante el Cuerpo Diplomático “ha ofrecido una serie impresionante de indicaciones sobre lugares y situaciones en las que este derecho es claramente violado, o cuestionado de forma más o menos explícita y radicalmente”.

Para el portavoz de la Santa Sede, “el modo explícito y valiente con el que el papa Benedicto lleva a cabo su servicio de proponer el derecho a la libertad religiosa para todos” consiste en “alentar el diálogo interreligioso y el compromiso de todas las autoridades religiosas y civiles”, con la convicción “de servir así eficazmente a la dignidad de la persona humana y a la paz”.

Y por otro lado, consiste también en “defender la libertad de la presencia constructiva y benéfica del testimonio cristiano en el mundo y en la cultura de hoy”. Una defensa que “se está convirtiendo ciertamente en uno de los rasgos característicos de este pontificado y de su misión histórica”, concluye el P. Lombardi.

“Una característica irreprimible del ser humano”

Ante los 178 representantes de los países con los que la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas, Benedicto XVI ha recordado que “la dimensión religiosa es una característica innegable e irreprimible del ser y del obrar del hombre”, y que cuando se “olvida o niega este aspecto fundamental, se crean desequilibrios y conflictos en todos los sentidos, tanto en el aspecto personal como interpersonal”.

“La religión no constituye un problema para la sociedad, no es un factor de perturbación o de conflicto”, ha subrayado el Papa, que añade: “La Iglesia no busca privilegios, ni quiere intervenir en cuestiones extrañas a su misión, sino simplemente cumplirla con libertad”. “¿Cómo negar la aportación de las grandes religiones del mundo al desarrollo de la civilización? La búsqueda sincera de Dios ha llevado a un mayor respeto de la dignidad del hombre”.

Una panorámica mundial

En su discurso, entre otros asuntos, el Papa hace una panorámica mundial por los países donde se advierten “numerosas situaciones en las que lamentablemente el derecho a la libertad religiosa ha sido lesionado o negado”.

Irak: “Mirando hacia Oriente, nos han consternado los atentados que han sembrado la muerte, el dolor y la angustia entre los cristianos de Irak, hasta el punto de inducirlos a dejar la tierra de sus padres en la que han vivido desde siglos. Renuevo a las autoridades de ese país y a los jefes religiosos musulmanes mi apremiante llamamiento a trabajar para que sus conciudadanos cristianos puedan vivir con seguridad y puedan seguir dando su aportación a la sociedad de la que son miembros con pleno derecho”.

Egipto: “También en Egipto, en Alejandría, el terrorismo ha golpeado brutalmente a los fieles reunidos en oración en una iglesia. Esta sucesión de ataques es un signo más de la urgente necesidad de que los Gobiernos de la región adopten, a pesar de las dificultades y amenazas, medidas eficaces para la protección de las minorías religiosas”.

Pakistán: “Animo de nuevo a las autoridades de ese país a realizar los esfuerzos necesarios para abrogarla [la ley de la blasfemia], tanto más cuanto es evidente que sirve de pretexto para cometer injusticias y violencias contra las minorías religiosas. El trágico asesinato del Gobernador del Punjab pone de manifiesto la urgencia de proceder en este sentido: la veneración a Dios promueve la fraternidad y el amor, no el odio o la división”.

Nigeria: “La violencia contra los cristianos no perdona ni siquiera a África. Un triste testimonio de ello son los ataques contra dos lugares de culto en Nigeria, mientras se celebraba el Nacimiento de Cristo”.

China: “En diversos países en que la Constitución reconoce una cierta libertad religiosa, la vida de las comunidades religiosas se hace, de hecho, difícil y a veces incluso insegura, ya que el ordenamiento jurídico o social se inspira en sistemas filosóficos y políticos que postulan un estricto control, por no decir un monopolio, del Estado sobre la sociedad. Es necesario que cesen tales ambigüedades, de manera que los creyentes no tengan ya que debatirse entre la fidelidad a Dios y la lealtad a su patria. Pido de modo particular que todos garanticen a la comunidad católica la plena autonomía de organización y la libertad de cumplir su misión, conforme a las normas y estándares internacionales en este ámbito. En este momento, mi pensamiento vuelve de nuevo a las comunidades católicas de China continental y a sus pastores, que viven un momento de dificultad y de prueba”.

Cuba: “Quisiera dirigir una palabra de ánimo a las autoridades de Cuba, país que en 2010 ha celebrado los 75 años de sus relaciones diplomáticas ininterrumpidas con la Santa Sede, para que el diálogo que felizmente se ha instaurado con la Iglesia se refuerce y amplíe todavía más”.

Occidente: “Nos encontramos frente a otros tipos de amenazas contra el pleno ejercicio de la libertad religiosa. Pienso, en primer lugar, en los países que conceden una gran importancia al pluralismo y la tolerancia, pero donde la religión sufre una marginación creciente. Se tiende a considerar la religión, toda religión, como un factor sin importancia, extraño a la sociedad moderna o incluso desestabilizador, y se busca por diversos medios impedir su influencia en la vida social“.

Descargue el discurso del Papa al Cuerpo Diplomático (PDF).

Más información, en el nº 2.737 de Vida Nueva y próximamente en www.vidanueva.es

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