El ecumenismo en 2010: del miedo a la esperanza

Benedicto XVI con primado anglicano, Rowan Williams, durante la visita apostólica al Reino Unido en septiembre de 2010

(Pedro Langa Aguilar– Teólogo y ecumenista) Entre libertad religiosa y persecuciones. Así ha discurrido el año en el diálogo interreligioso. Sus citas de El Cairo, Kuala Lumpur, Barcelona y el Vaticano denuncian falta de libertad religiosa en numerosos países y guerra sin cuartel contra los cristianos, ensombreciendo un período que se esperaba risueño y acaba con denso balance de luto y lágrimas: nada menos que 170.000 seguidores de Cristo pierden al año su vida por la fe. Pese a lo cual, ha sido fecundo y positivo.

El buen rollo entre judíos y católicos presidió la Comisión Bilateral Permanente de la Santa Sede y el Gran Rabinato de Israel, la visita de Benedicto XVI a la Sinagoga de Roma en enero, y ya en septiembre, el telegrama al rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni.

Ello no es óbice, repito, para reconocer con el Patriarca de Jerusalén que Tierra Santa todavía es “Iglesia del Calvario” que invita, sobre todo, a poner tierra por medio.

Católicos y musulmanes alzaron su voz en El Cairo contra la manipulación de las religiones, y en noviembre hizo lo propio el séptimo Coloquio de Teherán, publicado a raíz del sangriento asalto de fundamentalistas islámicos a la catedral siro-católica de Bagdad.

Los ataques a cristianos, en resumen, no han hecho sino recebarse durante el año que acaba, pese al Sínodo para el Oriente Medio y a un Vaticano partidario a toda costa de la colaboración católico-musulmana.

Panorama menos sombrío en ecumenismo

Kurt Koch, nuevo presidente del dicasterio de la Unidad de los Cristianos

Aquí los destellos han sido memorables, y sus fuentes van del Octavario y las fiestas patronales de Roma y Constantinopla, a puntuales acontecimientos, como el relevo en la dirección del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos (PCPUC) (Kurt Koch por Walter Kasper), el 70º aniversario de Bartolomé I, el 70º de la fundación de Taizé, el 100º de la Conferencia Misionera Mundial de Edimburgo y el 50º del PCPUC, a cuya Asamblea Plenaria Benedicto XVI recordó que el ecumenismo no es “negociar un acuerdo”, sino “la unidad en la verdad”.

Para Roma y la Ortodoxia, 2010 ha sido esperanzador y saludable, entre otras cosas, por el viaje de Benedicto XVI a Chipre, de “gran importancia histórica”, y por el exhorto de Bartolomé I al Comité conjunto del CCEE y la KEK a “no tener miedo” al ecumenismo.

“Unidad sinfónica” con los anglicanos

Comunidades anglicanas de EE.UU. y Canadá piden ingresar en la Iglesia católica, y el cardenal Levada explica en Kingston el 16 de marzo que el mundo espera una “unidad sinfónica”, o sea, que transforme a la Iglesia enriqueciéndola.

El primado anglicano Rowan Williams visita a Benedicto XVI el 18 de noviembre y admite cosas positivas en los Ordinariatos.

Tal vez su mejor contexto sea el viaje papal a Inglaterra y Gales, concluido con la beatificación de Newman.

Más información, en el nº 2.735 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, puede leer el artículo íntegro aquí.

Compartir