Religiosas de Lerma: de Santa Clara a ‘Iesu communio’

La comunidad se convierte en un nuevo instituto religioso

(Fran Otero) Hace poco más de una semana, saltaba la noticia. Las clarisas de Lerma-La Aguilera, conocidas por la gran cantidad de vocaciones jóvenes que reciben, dejaban de serlo para convertirse en un instituto religioso. Mientras no se publican los documentos oficiales las religiosas se limitan a “expresar su alegría y acción de gracias”. Pero la noticia, con sus luces y sombras, ha generado cierta sorpresa y preocupación en altos cargos de la Vida Religiosa, según ha podido saber Vida Nueva. También plantea algunas cuestiones que conviene sean explicadas.

En primer lugar, lo que no se puede negar es el florecimiento vocacional que se produce en Lerma-La Aguilera, que cuenta con 181 religiosas, todas muy jóvenes; sobre todo, porque la situación de la Vida Religiosa en general no se le acerca ni de lejos. Tampoco se puede obviar el carisma de la que fuera maestra de novicias y actual abadesa, sor Verónica Berzosa, que ha sido un factor importante en el resurgir de vocaciones.

En cambio, estas virtudes se ven oscurecidas en cierto modo por cuestiones que no están del todo claras y que pueden ser objeto de reflexión. Por ejemplo, se percibe que se ha fraguado una reforma en la clandestinidad, algo que ha provocado malestar en la orden franciscana, que se une al que ya existía cuando callaban ante las peticiones de hermanas para socorrer monasterios que lo necesitan.

Preguntas sin contestar

Dos religiosas en La Aguilera

A estas dudas se unen preguntas sin contestar: ¿dejarán los monasterios que ocupan? ¿En qué diócesis se establecerán? ¿Serán monásticas o de vida activa? ¿Nace algo nuevo? Sobre esta última cuestión, fuentes consultadas por Vida Nueva señalan que no creen que la nueva institución “suponga un plus carismático sobre la inspiración secular de santa Clara”.

Un aspecto que ha sorprendido es que se les haya concedido ser un instituto de derecho pontificio (tienen jurisdicción plena), cuando instituciones de este tipo suelen pasar un filtro y constituirse primero como de derecho diocesano. Al menos, según apuntan las mismas fuentes, “es un agravio comparativo con otras congregaciones”.

El fenómeno Lerma

Que jóvenes con estudios universitarios y buenos puestos de trabajo decidan enrolarse en la Vida Religiosa hoy es significativo, porque no viene siendo lo normal. Muchos achacan este renacer vocacional de Lerma a la abadesa, sor Verónica, y es responsable en gran medida. De hecho, el florecimiento no se puede entender sin su figura. Desde que se convirtiera en la responsable de la comunidad, las vocaciones no dejaron de crecer. El fenómeno continúa, pero con otro nombre, ‘Iesu communio’.

Más información en el nº 2.734 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, lea la noticia completa aquí.

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