México celebra Guadalupe en medio de la violencia

El país vivió una multitudinaria fiesta de su patrona teñido de sangre y muertes

(Pablo Romo Cedano– México DF) En el marco de la solemne Eucaristía celebrada en la Basílica de Guadalupe el día 12, el cardenal Norberto Rivera Carrera, primado de México, lamentó que “el crimen y la violencia imperen en los corazones de muchos mexicanos”. Sus palabras aludían al tiroteo, presuntamente entre policías y miembros del crimen organizado, que horas antes acababa con la vida de al menos 11 peregrinos que celebraban las primeras vísperas de la Virgen en Tecalitlán (Jalisco) y hería a otros 30.

La fiesta de Guadalupe, la más relevante del año en el país, moviliza sólo en la basílica de Ciudad de México a más de seis millones de peregrinos. Pero, por todo el territorio nacional, hay cientos de santuarios guadalupanos que congregan cada año a millones de fieles. También en Tecalitlán, un hermoso pueblo al sur de Jalisco pero colindante con Michoacán, centro hoy de duros combates contra el narcotráfico, pues allí se persigue a los líderes del cártel autodenominado ‘La Familia’.

Mientras tanto, a día de hoy, la cifra de muertos por esta guerra que ya cumple cuatro años asciende a más de 32.000, y algunos centros de derechos humanos del norte del país establecen que al menos hay 700 casos de desaparición forzada, en los que las autoridades han intervenido sin  encontrar ni a la persona ni su cadáver.

Las celebraciones de Guadalupe se han visto empañadas este año en varias localidades por la intensificación de la violencia callejera. Así, en Durango, miles de personas han abandonado sus hogares buscando refugio ante las insistentes amenazas del crimen organizado en cobrar “impuestos de guerra” y “cuotas de protección”. Morelia, ciudad con gran historia cultural, ha estado sitiada durante cuatro días, cuando bandas de jóvenes incendiaron vehículos obstruyendo los accesos a la misma.

Así las cosas, miles de fieles acudieron a los santuarios de la Virgen de Guadalupe para pedir su protección y custodia, ante la difícil situación económica y la violencia creciente. También Benedicto XVI envió ese día un saludo especial a México y pidió que Nuestra Señora de Guadalupe, “invocada fervientemente como madre por los hombres y mujeres del pueblo mexicano y de América Latina, aliente este tiempo de gozo y esperanza” próximo a la Navidad.

En el nº 2.734 de Vida Nueva.

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