Bardem en cuerpo y alma

Biutiful

(J. L. Celada) Sentimos muy adentro el afilado mordisco de sus Amores perros (los fraternales, los maritales, los paterno-filiales…); descubrimos el auténtico peso (de la culpa) de esos 21 gramos que el alma acarrea en su huida del cuerpo cuando sobreviene el final; y viajamos por la aldea global de una nueva Babel, de México a Marruecos y de allí a Japón. Fueron las etapas de una exitosa “trilogía del dolor” concebida por Alejandro González Iñárritu y su entonces guionista habitual, Guillermo Arriaga.

Ahora, una década después de iniciada la andadura y tras certificar su divorcio profesional con bastante menos estilo que el exhibido detrás de la cámara, el realizador mexicano vuelve sin la compañía de quien supo poner letra a su compleja mirada sobre el mundo, la vida y el propio ser humano. Su nuevo proyecto lleva por nombre Biutiful, un trabajo cuyas situaciones e imágenes hacen casi tanto daño a la vista como esa grafía imposible del título, pero que, bajo su perturbadora apariencia, alberga momentos y sentimientos de una frágil belleza.

Atrás han quedado las historias entrecruzadas, los rodajes en varios países o el “efecto mariposa”. Iñárritu apuesta aquí por una narración lineal y directa, un único escenario (Barcelona y alrededores) y un personaje en torno al cual gira todo el desarrollo de los hechos (Javier Bardem en uno de los papeles más ambiciosos y arriesgados de su laureada carrera). No han variado, en cambio, los intereses del cineasta: fiel a su conocida inclinación por la desgracia y la búsqueda de redención, otorga el protagonismo de su última cinta a un individuo con dudosos negocios y abnegada entrega por sus hijos, enfrentado, además, al inevitable trance de una muerte inminente y de una supervivencia exigente.

A semejantes circunstancias vitales vienen a sumarse sus experiencias sobrenaturales, un don que Biutiful pone al servicio de preocupaciones ya familiares en la cinematografía de su creador: la muerte y el más allá, los infiernos contemporáneos (pobreza, inmigración, explotación laboral…) y tantos dramas extremos, pero cotidianos, que, si bien anegan de oscuridad el horizonte más inmediato, abren una luz de esperanza para las víctimas. Temas realzados por la atmósfera malsana y opresiva de una Ciudad Condal de talleres clandestinos y estampidas del top manta, en las antípodas de aquella Vicky Cristina Barcelona de Woody Allen.

Claro que nada de todo esto –ni siquiera la soberbia actuación de un Bardem que carga literalmente a su espalda con la película– impide que Biutiful deje la impresión (o la sospecha) de que estamos asistiendo a un viaje organizado por las miserias humanas que resulta mucho más impactante que emocionante. Quizá nuestro “guía” se ocupó tanto de contrarrestar la “aburrida belleza burguesa que admiran los turistas” que se olvidó de su verdadero oficio.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Biutiful

DIRECCIÓN: Alejandro González Iñárritu

GUIÓN: Alejandro González Iñárritu, Armando Bó y Nicolás Giacobone

FOTOGRAFÍA: Rodrigo Prieto

MÚSICA: Gustavo Santaolalla

PRODUCCIÓN: Alejandro González Iñárritu, Jon Kilik y Fernando Bovaira

INTÉRPRETES: Javier Bardem, Maricel Álvarez, Hanaa Bouchaib, Guillermo Estrella, Eduard Fernández, Diaryatou Daff

En el nº 2.734 de Vida Nueva.

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