Calos Pinzón: “Me pidieron ayuda para promover la rehabilitación por medio del deporte”

El hombre Teletón

(Texto: VNC– Foto: Humberto Pinto) Su abuelo Julio Pinzón Escobar fue el notario que cerró la urna centenaria de 1910. Su padre Carlos Pinzón Sánchez, era un médico al que le encantaban las letras y en particular la poesía.  Algo de ello tuvo que ver para que cuatro de sus nueve hijos sintieran una pasión por el mundo de la palabra y la comunicación. Ellos fueron: Germán, Leopoldo, Julio y Carlos, pero fue éste último, el quinto de los nueve hermanos Pinzón Moncaleano, quien además de ser uno de los protagonistas de la historia de la radio y la televisión en el país, fue quien desarrolló una sensibilidad especial por las causas sociales.
Su gusto por la locución lo llevó a laborar en emisoras de Tunja, Manizales, Ibagué  y Girardot. La radio lo trajo de vuelta a Bogotá para continuar en las emisoras Nuevo Mundo, cadena radial que se convertiría poco después en Caracol Radio, y él en uno de sus primeros directores.

Dice que la iniciativa por mover causas nobles, llegó espontáneamente. “La primera campaña que hice fue con Mike Forero Noguéz y Humberto Jaimes en 1956 para llevar una delegación colombiana a unos juegos olímpicos en Australia. Lo logramos, se fueron en un avión DC 4 que estuvo 40 días en Sidney… y no me llevaron”, ríe contándolo.

Con la llegada de la televisión a Colombia, Carlos Pinzón incursionó en una de las primeras programadoras de televisión, RTI con Fernando Gómez Agudelo a la cabeza, en donde realizó y presentó diversos espacios. Años después, organizó una campaña llamada el C-100, un circuito ciclístico que partía de la Plaza de Bolívar hasta la calle 72 y culminaba en el Estadio El Campín. Se emociona recordándolo, “la gente vibraba viendo a sus artistas y animadores más famosos del momento”. Su objetivo: ayudar a la Fundación Roosvelt en su propósito por atender a niños con discapacidad.

Empezaba la década de los setenta y esa sensibilidad e intuición para responder a la gente, lo llevó a crear un programa que permaneció al aire trece años y que aún muchos recuerdan: el “Club de la Televisión”, cuyo formato no ha tenido igual. “Era un espacio de lunes a viernes en la tarde, en donde podía aparecer la primera dama de la nación promoviendo alguna causa, el señor más humilde buscando algún tipo de ayuda; una madre buscando a algún hijo extraviado;  alguien que no tenía para el pasaje de regreso a su pueblo; el artista que lanzaba su nuevo trabajo; en fin, era un público variado y sencillo”. ”Un día me visitaron Alfonso Corredor, José Malagón, Alfredo Sánchez y Jorge Mutis, los tres primeros andaban en silla de ruedas, todos eran ejecutivos de éxito. Me pidieron ayuda para promover la rehabilitación por medio del deporte; en el marco de estas actividades, en algún viaje de ellos a Brasil, conocieron a Silvia Cevallos, mujer vinculada a una campaña que realizaban en Chile para discapacitados”. Fascinados, comentaron la idea a Carlos y éste a Fernando Gómez Agudelo, quien le apoyó con la  condición de que viajara a Chile y se ilustrara en detalle del proceso. Pronto, viajó y se ilustró del tema entero. Se encontró con un presentador conocido como Don Francisco, quien le mostró videos y formas requeridas para tal empresa.

Poner en marcha el engranaje de aquella causa demandó toda su capacidad; obtener permisos y conseguir patrocinios fue lo primero. “Preparar un espacio de televisión para transmitir en directo 27 horas continuas, exige escribir un libreto para ese mismo número de horas y con el tiempo preciso para cada intervención, cortes, pistas, confirmar artistas, equipos, transporte, toda una logística”.

No estaría solo en aquella empresa, que salió al aire por vez primera en diciembre de 1980, a ésta se incorporaría también la mujer que hoy es su esposa, Helena Suárez Camacho, cuyo decidido e incondicional apoyo le resultó decisivo. En la primera emisión de Teletón, se recaudó lo equivalente a un millón de dólares de la época. El resultado permitió comprar un lote y construir el primer centro de rehabilitación para discapacitados de escasos recursos. La campaña continuó cada año hasta 1995 cuando culminó con unas metas cumplidas. Hoy a sus 83 años de edad, este hombre regresa en respuesta a la demanda de la gente, la cual le identificó en una encuesta que se hizo previa a la campaña que revive y que relacionó su nombre con la palabra Teletón de manera abrumadora.

En el nº 17 de Vida Nueva Colombia.

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