‘Raíces cristianas de Cataluña’: un gran referente para aquella Iglesia

Reflexiones en los 25 años de una carta pastoral histórica

(Bernabé Dalmau– Monje de Montserrat) El próximo día 27 de este mes, se cumplen 25 años del alumbramiento de un documento histórico para la Iglesia en Cataluña: la carta pastoral Arrels cristianes de Catalunya (Raíces cristianas de Cataluña). Las entonces ocho diócesis catalanas publicaban un texto que prestaba especial atención al tema de la identidad nacional, pero que recogía otras preocupaciones de aquel momento político, social y eclesial: la autonomía, el pluralismo, la secularidad, la justicia social

Hoy, un cuarto de siglo después y tras la convocatoria del Concilio Provincial Tarraconense de 1995, este aniversario brinda la oportunidad de soplar sobre aquellas cenizas aún sin extinguir para renovar el esfuerzo evangelizador que hoy espera de su Iglesia el pueblo catalán y también de preguntarse en qué ha cambiado la Iglesia catalana en estos años. El ‘Pliego’ que publica esta semana Vida Nueva, escrito por Bernabé Dalmau, monje de Montserrat, aborda estas cuestiones.

¿Qué ha cambiado en 25 años?

Una lectura desde la perspectiva actual puede ayudar a comprender qué querían decir los obispos en su carta colectiva. Los puntos de referencia, los contextos vitales, no han cambiado tanto como podría parecer y, así, la carta pastoral de 1985 todavía es perfectamente inteligible. La distancia que pueda darse, sin embargo, entre aquel texto y el actual contexto es atribuible principalmente a cinco factores:

1. El primer gran factor es el crecimiento de la inmigración y del tipo de inmigración, ya no limitado a los llegados del resto de España. Lo cual no sólo provoca dificultades y esfuerzos suplementarios de integración, sino que hace participar de problemáticas imprevistas pero que ya son actualmente comunes a todos los países del Occidente europeo. (…)

2. En segundo lugar, la actual crisis económica. Las Raíces cristianas también hablan de época de crisis, poniendo el acento en el tema del paro, que los obispos ya habían estudiado con detalle. La diferencia estriba en que la crisis actual es mundial y afecta a todas las capas sociales. Y no sólo es económica, sino que toca también el ámbito de la conducta humana. (…)

Peligro de dispersión

3. Una tercera diferencia en relación al tiempo de las Raíces cristianas es el peligro de dispersión de la Iglesia en Cataluña, ahora dividida en dos arzobispados autónomos. El citado Concilio provincial de 1995 se fundamentó en la convicción de que Cataluña forma una unidad pastoral. La división en dos arzobispados parece que contradiga la realidad de la unidad pastoral del territorio. (…)

4. La disminución de recursos humanos y la dificultad de transmitir los valores cristianos. Ya intuían tal tendencia los obispos de 1985, pero una cosa es intuirla y otra sufrirla en carne propia. El problema es común a casi toda Europa occidental, pero en Cataluña presenta cifras alarmantes (…).

5. Una quinta diferencia, con respecto a 25 años atrás, la constituye la procedencia de los obispos del Principado. De los 12 actuales, siete fueron ordenados presbíteros en diócesis fuera del territorio catalán. Se les nota incomodidad cuando se ven impelidos a tomar posiciones identitarias”.

Más información en el nº 2.733 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, vea el ‘Pliego’ completo aquí.

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