‘Onna’: mujeres consagradas a las mujeres explotadas

Las adoratrices de Sevilla inician un programa para víctimas de la prostitución

(Marina de Miguel– Fotos: RR. Adoratrices) “Lo único que querían era ponerme como prostituta en la calle 24 horas vigilada y mandarme fuera de España. Eso era un infierno, no podía tener contacto con mis amigos, ni siquiera con mi familia o con mi hijo”. Aunque prefiere mantenerse en el anonimato, el relato de esta española de 20 años sirve para devolver el rostro y la voz a quienes la sociedad muy a menudo ignora girando la cabeza hacia otro lado: las mujeres víctimas de la prostitución y de otras formas de explotación sexual. Ellas también están muy presentes en este 25 de noviembre, Día internacional por la eliminación de la violencia contra la mujer.

Además de denuncia, la historia de esta joven también transmite esperanza, pues, gracias a la intervención de la Policía y sobre todo de las Religiosas Adoratrices, ha podido comprobar que “la vida merece la pena vivirla; aunque no se tenga mucho dinero, es mejor vivir tranquila”. “Si me lo propongo, puedo construir otra vida”, cuenta la joven a las religiosas, que distribuyen su testimonio como ejemplo de otros similares.

A dar esa nueva oportunidad están plenamente dedicadas las discípulas de santa María Micaela del Santísimo Sacramento. Primero se creó la Obra Social y después la Congregación de “mujeres consagradas al servicio de mujeres explotadas”, cuya labor cuenta con más de 170 proyectos en 20 países de todo el mundo.

Su iniciativa más reciente es el programa Onna Adoratrices, que se presentó el pasado 14 de octubre en Sevilla. “La situación actual tras el creciente fenómeno de la trata de mujeres para la explotación sexual (entre otras) hace necesaria una respuesta audaz a dicha problemática”, explica la religiosa adoratriz Carmen Belén Moreno García, coordinadora del proyecto, cuyo nombre (‘Onna’) significa ‘mujer’ en japonés.

Misión actualizada

“Onna ha querido ser una actualización de nuestra misión en la Iglesia y en el mundo, en el hoy de Sevilla”, afirma la adoratriz. Las religiosas realizan visitas a los lugares donde saben que pueden encontrar a estas mujeres. Esa cercanía igualmente se percibe en su actitud de escucha permanente, a través del teléfono de atención 24 horas y de la web (www.onnadoratrices.org).

Dámaris, la primera mujer no judía que creyó en la resurrección de Jesús y, por tanto, se puede decir que en otra vida, da nombre al proyecto destinado a la acogida, que cuenta con quince plazas. Con las beneficiarias se realiza un trabajo integral de la persona a través de diferentes áreas de actuación (educativa, psicológica, social, formativa, laboral o lúdica). Como última fase de esta labor, la congregación cuenta con el piso de inserción y autonomía ‘Betuel’, un pequeño oasis en el que cuatro mujeres pueden prepararse para la plena autonomía.

El programa Onna Adoratrices pretende, al mismo tiempo, la sensibilización de la sociedad. Según la coordinadora, “consideramos que cada hombre, mujer, niño, adolescente, adulto o anciano debe ser consciente del drama de estas mujeres a través de un conocimiento mayor de la problemática y de intentar dejar a un lado todos los prejuicios creados para separar en vez de integrar”.

Más información en el nº 2.731 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, lea el reportaje completo aquí.

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