La nueva evangelización de Europa

(Antoni Nello– Profesor de la Universidad Ramon Llull y de la Facultad de Teología de Cataluña) La visita del Papa a Santiago y a Barcelona ha sido una visita pastoral, que reconoce y bendice dos manifestaciones espirituales, eclesiales y sociales muy significativas: la peregrinación y el arte. Dos manifestaciones relevantes en el horizonte de la Comisión Pontificia recientemente constituida para afrontar la nueva evangelización y especialmente pensada para las tierras de vieja cristiandad, como Europa.

Santiago representa la peregrinación, en su valor también existencial. Barcelona representa, con la construcción de la Sagrada Familia, la presencia artística, con su valor simbólico. Peregrinación y arte. Dos contenidos altamente significativos en la vida humana que tantas veces han sido impregnados de espíritu creyente.

Peregrinación evoca camino, esfuerzo, acogida, compañía, encuentro, búsqueda… La vida humana es, en sí misma, una peregrinación. Que a través de Santiago, en Santiago y en un Año Jacobeo, Benedicto XVI, máxima autoridad eclesial, proponga la peregrinación en su amplio y profundo significado humano, puede ser bien entendido por cualquier ciudadano de espíritu atento y abierto. Sobre la vida entendida como peregrinación, la Iglesia puede conversar con el hombre y ofrecerle su horizonte de sentido.

El arte, en su belleza, es lenguaje, comunicación, anuncio, propuesta… El arte como expresión no sólo del talento particular, sino también de la cultura y de la voluntad colectiva, como se materializa en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, es uno de los ámbitos significativos del diálogo entre las convicciones y creencias de la humanidad. En este diálogo resuena significativamente la invitación de Benedicto XVI, en nombre de la Iglesia, a sentir la plenitud de la belleza en la plena comunión de los hombres, entre ellos y con Dios.

El diálogo de la Iglesia con nuestra sociedad secularizada, en el territorio de una concepción dinámica de la vida y en el de la plasmación artística, es, a todas luces, posible y necesario. Y Benedicto XVI es, indudablemente, consciente de ello y personalmente sensible a ello.

La visita pastoral ha culminado en la obra benéfico-social del ‘Nen Déu’, dirigida a atender a personas afectadas por el síndrome de Down, niños, jóvenes y adultos. Y ahí, en la sencillez entrañable, hemos podido contemplar y agradecer la presencia del pastor, atento y disponible a los más necesitados. Porque la caridad es y debe ser el alma y la culminación de la evangelización, la meta final de la peregrinación espiritual, el contenido profundo del arte religioso.

Que la visita pastoral de Benedicto XVI a Santiago y a Barcelona hubiera podido asumir para algunos, pocos, connotaciones de culto a la personalidad, reemplazando al mensaje por el mensajero, es algo que no por comprensible e inevitable debe ser menos preocupante en la perspectiva evangelizadora. El mensajero es relevante, sin duda. A veces discutido. Tal vez discutible. Pero, a la postre, pasajero. El mensaje, perdura: la peregrinación existencial y el valor simbólico de la obra de arte, búsqueda y reflejo del sentido que culminan en el Cristo de la caridad.

Que en un momento determinado de la visita, en el ya “peligroso” avión, aparezca la larga sombra de una Iglesia española beligerante, con evocaciones inadecuadas a un pasado que es eso, pasado, no debe empañar la sentida voluntad de muchos por convivir en una sociedad laica, abierta y plural. Voluntad tan sabiamente arropada por lo mejor de nuestra Iglesia conciliar, voluntad con la que tantos nos hemos comprometido.

Que la visita haya sido a Santiago (Galicia) y a Barcelona (Cataluña), tiene su importancia, el reconocimiento de las particularidades en las que necesariamente se va encarnando la Iglesia, una en la pluralidad de sus concreciones. Pero no es el tema, aunque comprensiblemente lo pretendan algunos, y obsesivamente lo nieguen los otros. La visita de Benedicto XVI ha sido una visita pastoral que anima y acompaña propuestas significativas para la deseable re-evangelización de Europa. Un éxito.

En el nº 2.729 de Vida Nueva.

Número Especial de Vida Nueva

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