Jaime Vázquez: la política y el sacerdocio como un solo servicio

Suspendió su ejercicio sacerdotal en 2010 para abrazar la política con mucha fe

En el departamento de Guaviare la expectativa con su nuevo Representante a la Cámara es alta

(Texto: J. de Francisco– Fotos: VNC) Ocho meses lleva el sacerdote Jaime Vázquez de ser elegido congresista de la república; pero trabajando como tal en el Congreso, apenas tres meses desde su posesión el 20 de julio, por lo que es desconocido aún en su nuevo escenario de trabajo.

Su campaña para llegar a ser Representante a la Cámara por el departamento del Guaviare, le tomó un mes ya que el decreto de suspensión de su condición sacerdotal se expidió el 2 de febrero para poder oficializar una campaña de la que según él, toda la comunidad a su alrededor esperaba que hiciera.

Recién ordenado sacerdote, organizó y dirigió la pastoral social desde 1995 en el Guaviare.  Ese contacto permanente con la gente, entre actores armados legales e ilegales, hombres y mujeres, víctimas y victimarios del conflicto, afinó su percepción del prójimo para entenderlo y asistirlo como pastor. Pero según cuenta el hoy parlamentario Vázquez, buena parte de esta gente a la que atendía en distintos proyectos enmarcados en una muy efectiva pastoral social, le pedía que fuese candidato a la alcaldía, candidato a la gobernación o candidato al Congreso.  Esto ocurría cada vez que se agitaban las campañas políticas para uno y otro cargo público.  La gente pensaba en él porque sus acciones tenían efecto y con resultados positivos en su comunidad en San José del Guaviare. Mediaba entre unos y otros; ayudaba a las familias de secuestrados; recuperaba cadáveres;  lograba liberaciones; sofocaba conflictos; facilitaba cosas; empujaba proyectos y sacudía la fe de todos aquellos quienes se le acercaban. Pero no se atrevía a dar el paso. Siempre respondía que era mejor esperar.

Finalmente, luego de renunciar a la pastoral social y replantearse varios caminos en su vida como pastor, optó abiertamente por la política. A principios de 2010 y en un tiempo record -un mes de campaña oficial- obtuvo 3.841 votos, -la más alta votación a la Cámara en ese departamento- que le sirvieron para ser elegido a sus 42 años de edad.

En los últimos meses, ha tenido que responder siempre a la pregunta de  cómo quiere que lo llamen, si padre, representante, doctor o congresista. “Me dicen ʻhonorable padreʼ, ʻpadreʼ o simplemente ʻrepresentanteʼ. Siempre les digo que me llamen como se sientan mejor”. Sin embargo, agrega que le gusta más que le sigan llamando padre “porque lo he sido y lo sigo siendo para mucha gente y la expresión ʻhonorable representanteʼ, pues también es muy importante y ojalá todos supiéramos llevar ese título, ese cargo como debe ser”.

Con respecto a  si se hace mejor política siendo pastor o se pastorea mejor desde la política,  suspira un poco para responder… “Bueno… siempre hice mucha política siendo pastor. Para mí la política es servicio a la comunidad, es totalmente distinto a la politiquería que se hace en el país y en el Guaviare; yo articulé lo espiritual y lo social. La religión y la política, las entiendo como un servicio a la comunidad y si la política está fortalecida por lo espiritual mantiene muy grande su ejercicio”.  Enfatiza que fue la gente quien le pidió ingresar a la política y no tanto un deseo de buscar cargo público por cuenta de su trabajo social como sacerdote.  También dice que fue la gente la que le pidió que se presentara por el partido de la “U” y así lo hizo. “Fue sin roscas, campañas, ni mentiras; tuve ocasión de rechazar todo tipo de propuestas que me hicieron”.  Le decían el padre “sandwich” porque era lo único que compartía en sus escasos días de campaña.

Sobre su relación con un partido de cuyo gobierno muchos cuestionan su actitud frente al campo colombiano, responde que en su caso fue coyuntural y que habría deseado presentarse por el Partido Verde o por la Alianza Social Indígena. Le propusieron incluso el partido Conservador, pero la misma gente según explica, lo instó a presentarse por el partido de la U que tiene muy buena percepción en Guaviare por su intervención en la infraestructura vial, energética y los avances en seguridad. “Para mí más que el partido es la persona la que trabaja y la que sirve”.  Agrega también que hoy, si bien pertenece a la bancada de la U tiene la facultad de objetar llegado el caso cualquier iniciativa desde su conciencia.

Dice que lo que gana como representante a la cámara lo comparte con sus hermanos sacerdotes y con la comunidad en San José.  “Cuando uno mira una necesidad comparte, yo no lo hago para ganar conciencias, simplemente comparto ante cualquier necesidad”.

Procura ir cada fin de semana al Guaviare.  “No le prometí a la gente lo que no puedo hacer, muchos se me acercaron a decirme votamos por usted si tal cosa, y a nadie le acepté, por eso no tengo necesidad de esconderme, como muchos congresistas que no los vuelven a ver sino cuatro años después cuando quieren ser reelegidos, no.  Yo sigo yendo a la casa de la gente, les doy la cara, los escucho y hago cuanto está a mi alcance y estoy entregando informes periódicamente”. De hecho, en su ejercicio de control político, ya puso en evidencia y ante la Contraloría General de la República, un faltante de 4800 millones de pesos con la ausencia de acueducto y alcantarillado en los barrios de oriente en San José del Guaviare.

“Prefiero que digan que no pude hacer gestión a que  fui ladrón o que les mentí,  me les escondí y no les di la cara. Estoy haciendo las tareas que me corresponde hacer; con eso salgo contento”.

Está en el proceso de presentar también un proyecto de ley mediante el cual pretende que se penalice mínimo con 25 años de cárcel a los religiosos que abusen sexualmente de menores de edad. “No se limita solo a los religiosos, pero sí los incluye, como a todo el mundo… es que no hay justificación alguna para que algo así no tenga un castigo ejemplar y con mayor razón si valiéndose de una condición religiosa una persona vaya a abusar de un niño; tiene que caerle todo el peso posible de la ley”, expresa este representante. Jaime Vázquez, el sacerdote, el político, acepta que desearía continuar en la política, pero sólo si sus votantes entienden que su ejercicio no es la práctica del intercambio de favores ni la compra o soborno de conciencias y menos el beneficio o participación de contratos.

Publicado en el nº 14 de Vida Nueva Colombia.

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