Benedicto XVI pide apoyo legislativo para la familia y la natalidad

El Papa ha presidido la dedicación de la Sagrada Familia como basílica

(Vida Nueva) La segunda y última jornada de Benedicto XVI en España ha comenzado con un baño de masas: durante el recorrido que le llevaba desde el Arzobispado de Barcelona (donde ha pasado la noche) al templo de la Sagrada Familia, donde ha presidido la Misa de dedicación de templo, miles de personas procedentes de toda España le han acompañado vitoreándole y enarbolando multitud de banderas. En su homilía, el Papa ha subrayado la “necesidad de belleza” y ha pedido al Estado que apoye a las familias y defienda la natalidad.

Como el día anterior en Santiago, se ha desplegado un fuerte dispositivo policial por las calles que recorría el ‘papamóvil’, en el que viajaban también el secretario del Papa, Georg Gaenswein, y el cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, y que esta vez no ha hecho ninguna parada ni ha bajado las ventanillas.

Flanqueado por su guardia personal, el Pontífice ha salido del Arzobispado pasadas las 9:00 h., avanzando por la Avenida de la Catedral hacia la Via Laietana, Pau Claris, Diputació y Marina, hasta el templo expiatorio de Antonio Gaudí.

También un grupo de activistas homosexuales se han apostado en ciertos enclaves del recorrido para mostrar su descontento con la visita papal, que han hecho público reproduciendo una cadena de besos, con amplia expectación mediática.

Encuentro con los Reyes

A su llegada, y después de saludar a las autoridades civiles, Benedicto XVI ha mantenido un encuentro “muy cordial” de unos diez minutos con los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía. Sus Majestades le han regalado al Papa un facsímil del Código Áureo del siglo XI con una colección de los cuatro evangelios, y éste les ha correspondido con La historia de los Papas a través de las medallas pontificias del siglo XV al siglo XX, informa Europa Press.

Entre las autoridades que esperaban al Papa en la Sagrada Familia se encontraban el presidente de la Generalitat, José Montilla; el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono; y el ministro de la presidencia, Ramón Jáuregui.

Ya en el templo, Benedicto XVI ha recorrido la nave central saludando a los 6.500 fieles que se encontraban en su interior, incluidos 1.100 concelebrantes, entre obispos, sacerdotes y religiosos.

En sus palabras de saludo, el cardenal Sistach le ha agradecido su interés por la Sagrada Familia, templo “único en el mundo” y con “una clara significación universal”, “rebosante de belleza y simbología” que ha sido impulsado por el pueblo catalán, lo cual supone “una expresión de su alma religiosa y de sus raíces cristianas desde hace más de mil años”.

El Papa saluda a Ramón Jáuregui en presencia del Rey y de Montilla

Gaudí, “arquitecto genial y cristiano consecuente”

“Este día es un punto significativo en una larga historia de ilusión, de trabajo y de generosidad, que dura más de un siglo”, ha señalado Benedicto XVI después de su saludo, realizado en catalán.

En su homilía, el Papa ha recordado a todos los que han participado en la ejecución de la iglesia a lo largo de la historia, sobre todo a Antonio Gaudí, “arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta”.

Benedicto XVI ha subrayado el esfuerzo de Gaudí (que está en proceso de beatificación) por “superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana” y por aunar el mundo temporal y la vida eterna: “Introdujo piedras, árboles y vida humana dentro del templo, para que toda la creación convergiera en la alabanza divina, pero al mismo tiempo sacó los retablos afuera, para poner ante los hombres el misterio de Dios revelado en el nacimiento, pasión, muerte y resurrcción de Jesucristo”.

“La belleza es la gran necesidad del hombre”

Al dedicar este templo “levantamos una inmensa mole de materia, fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana”, que es “signo visible del Dios invisible, a cuya gloria se alzan estas torres, saetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma”. “La belleza es la gran necesidad del hombre”, añadía.

Es “un hecho de gran significado” -continuó- la dedicación de este templo en este momento, “una época en la que el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios, como si ya no tuviera nada que decirle”. “Gaudí, con su obra, nos muestra que Dios es la verdadera medida del hombre”.

En defensa de la familia y de la vida humana

Hacia el final de la homilía, al explicar la dedicación a la Sagrada Familia de Nazaret, el Pontífice ha reclamado que, junto a los progesos técnicos, sociales y culturales, estén “siempre los progresos morales”.

Apeló al matrimonio como unión indisoluble de hombre y mujer y “marco eficaz” y “fundamento” de la vida humana en todas sus etapas hasta su “término natural”. Y pidió al Estado que apoye “decididamente” a la familia y que defienda la vida de los hijos “como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción”.

“Que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente”, añadió, recordando que “la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar”.

La ceremonia ha transcurrido normalmente y ha tenido lugar un rito cargado de símbolos por el que el templo de Gaudí ha sido dedicado como basílica menor. Y al final de la Eucaristía el cardenal Sistach ha recibido y leído la bula pertinente a los presentes, que han roto en aplausos.

A continuación, a las 12:55 h., Benedicto XVI ha salido al exterior de la ya basílica barcelonesa, a la facha del Nacimiento, donde miles de católicos le han vitoreado, especialmente los jóvenes, con el canto “Ésta es la juventud del Papa”.

Desde allí, en la oración del Angelus, volvió a recordar que el objetivo de Gaudí con su obra era “llevar el Evangelio a todo el pueblo”.

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