El viaje de Benedicto XVI a España será “universal”

El portavoz del Vaticano asegura que el Papa está muy contento de hacer esta visita

El Papa el sábado 30 con niños y jóvenes de la AC Italiana

(Antonio Pelayo -Roma) “El Papa está muy contento de ir a España. Es un viaje que ha deseado mucho, pero que ha sido programado en los últimos meses”, nos dijo a los periodistas el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede al darnos las grandes líneas de la visita de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona los días 6 y 7 de noviembre. “El Santo Padre no ha estado nunca en Santiago –aclaró el jesuita Federico Lombardi, admitiendo que había cometido un error al afirmar lo contrario en un periódico gallego– y tampoco en Barcelona, en cuyo aeropuerto sólo pasó pocas horas durante una etapa en uno de sus viajes. Será el mismo Papa quien, en su primer discurso, explicará el significado profundo de su viaje, que va más allá de las dos ciudades involucradas y es universal”.

Respondiendo a algunas preguntas de los periodistas, el padre Lombardi aclaró que, en su opinión, “la polémica suscitada por algunos en torno a los costos de este viaje no va más allá de lo normal en estos casos y es comprensible en momentos de crisis como los que vivimos. Por otra parte, ha sido un viaje organizado con sencillez, austero y que, como siempre sucede, impulsa fuerzas y ocasiones de trabajo y moviliza un tipo de dinero que no se volatiliza en gastos inútiles, sino que produce un retorno positivo”.

También restó importancia al hecho de que pocas semanas después vayan a celebrarse elecciones en Cataluña: “Es un tema que no preocupa en el Vaticano y deben evitarse las concomitancias. Han sucedido cosas similares en otros viajes y no es, por lo tanto, un problema, teniendo además en cuenta que ésta no es una visita a Cataluña, sino a dos regiones de España”.

Encuentros políticos

Destacó, por otra parte, que la Familia Real –los Reyes y los Príncipes– estará muy involucrada en la visita. Y confirmó que hay previstos encuentros de Benedicto XVI con Mariano Rajoy, al final de la Eucaristía en la Plaza del Obradoiro, y con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en el aeropuerto de Barcelona antes de la ceremonia oficial de despedida.

“La motivación de la visita a Barcelona no es promover la causa de beatificación de Antonio Gaudí, el arquitecto de la Sagrada Familia –explicó también–, causa cuyo iter procede normalmente en la Congregación para las Causas de los Santos, que la examinará con objetividad. Desde luego, era un cristiano ejemplar y su obra es una simbiosis total entre arquitectura y religión, llena de simbología”.

La maquinaria de los viajes papales está ya tan rodada que se mueve sin hacer ruido. A su frente está Alberto Gasbarri, que ha heredado la sabiduría acumulada durante tantos años por el jesuita Roberto Tucci –hoy cardenal–, de quien fue colaborador. Es él quien trata con las autoridades –en este caso, los gobiernos español y autonómicos de Galicia y de Cataluña– y con la Conferencia Episcopal y quien resuelve los problemas que puedan surgir a última hora.

El séquito que acompañará a Benedicto XVI lo componen unas treinta personas, encabezadas por el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, y el sustituto de la Secretaría, monseñor Fernando Filoni, con el responsable de la Sección hispano-parlante, monseñor Fernando Chica Arellano. Van también los cardenales españoles que viven en Roma: Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación del Culto Divino; Eduardo Martínez Somalo, camarlengo emérito de la Iglesia, y Julián Herranz, presidente emérito del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos; así como el secretario particular del Pontífice, monseñor Georg Gänswein; su médico, el doctor Patrizio Polisca, y su ayudante de cámara, Paolo Gabriele. Otros acompañantes son monseñor Guido Marini, maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, con dos asistentes; y los responsables de los medios informativos vaticanos: Lombardi –también director de Radio Vaticano y del Centro Televisivo Vaticano (CTV)– y Giovanni Maria Vian, director de L’Osservatore Romano, a los que acompañan algunos técnicos.

De la seguridad personal del Papa es responsable Domenico Gianni, con otros cuatro gendarmes vaticanos, así como el mayor de la Guardia Suiza, William Kloter, y el capitán del mismo cuerpo, Frowin Bachmann. Todos trabajarán en estrecha colaboración con la Policía nacional y las autonómicas de Galicia y Cataluña, que cubrirán el itinerario de los desplazamientos papales en sus respectivas ciudades. También en este capítulo delicado se cuenta con una amplia experiencia acumulada a lo largo de los años.

Posibles protestas

Lombardi quiso encontrarse con los manifestantes de 'Survivor's voice'

En cuanto a las manifestaciones posibles, se nos dice en altos niveles que “es algo a lo que estamos habituados y forma parte del escenario habitual en las sociedades pluralistas. Lo único que nos preocupa es que no se produzcan desórdenes, pero eso ya no corre de nuestra cuenta”.

Hablando de manifestaciones, la última que se ha registrado en Roma fue la organizada el domingo 31 de octubre por la asociación norteamericana de víctimas de los abusos por parte del clero Survivor’s voice. Anunciada hace meses con clamor (en principio se hablaba de decenas de miles de participantes), la protesta congregó al final a un muy escaso centenar de personas provenientes de diversos países en torno a los fundadores del movimiento, Gary Bergeron y Bernie McDaid, de Boston, que fueron recibidos por el Papa en su visita a los Estados Unidos en 2008.

A los manifestantes, que llevaban camisetas con la expresión “Enough” (“¡Basta!”), la Policía italiana les autorizó a congregarse en torno al Castel Sant’Angelo y a desfilar por la Via della Conciliazione, sin poder entrar en la Plaza de San Pedro. Llevaban antorchas y algunas piedras para depositarlas como “memorial” de la iniquidad. Al inicio de la reunión se presentó el padre Lombardi, que quería mantener con ellos un diálogo, pero algunos lo abuchearon con tonos amenazantes y, ante la ausencia de los portavoces y la presencia masiva de informadores, el portavoz se retiró, invitándoles a visitarle en su despacho de Radio Vaticano.

El encuentro duró una hora, al término de la manifestación, y el jesuita les entregó un escrito en el que manifestaba: “Esta batalla [contra la pederastia] debemos hacerla siempre juntos, uniendo nuestras fuerzas contra la difusión de la plaga que hoy usa medios y vías nuevas para difundirse, facilitada por Internet y las nuevas formas de comunicación, la crisis de la familia, el turismo y el tráfico sexual, que se aprovecha de la pobreza de las gentes en los diversos continentes”. Sus interlocutores insistieron en que esperaban que el Papa obligase a los obispos a denunciar ante la Justicia civil a los responsables de abusos sobre menores de edad.

El día anterior por la mañana, la Plaza de San Pedro fue “ocupada” por unos cien mil chicos y chicas de la Acción Católica italiana, algunos de ellos muy jóvenes, con sus respectivos monitores y capellanes. En su discurso, Benedicto XVI les dijo: “Hacerse grandes significa ser capaces de amar, transformar la propia vida en un don para los otros”. Luego les hizo esta confidencia: “En mi clase, yo era uno de los más pequeños y por eso tenía tantas ganas de ser grande un día. (…) Quería algo más de lo que me ofrecía la sociedad y la mentalidad del tiempo. Quería respirar aire puro, sobre todo deseaba un mundo bello y bueno. (…) En realidad, mientras uno se mira a sí mismo, no se hace uno nunca grande”.

Por último, el arzobispo de Zagreb, el cardenal Josip Bozanic, ha anunciado que Benedicto XVI visitará Croacia en la primera mitad del año 2011. La noticia se ha hecho pública después de una entrevista con el presidente de la República, Ivo Josipovic, y al final de una visita de varios días al país balcánico del secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Dominique Mamberti.

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PEDERASTOCRACIA, por Antonio Pelayo

Los especialistas coinciden en afirmar que los efectos de la pederastia son devastadores y perdurables. Cualquiera que haya tenido ocasión de acercarse a una de sus víctimas lo ha constatado, y por eso merecen todo nuestro apoyo y solidaridad.

La Iglesia ha cometido en este campo graves errores que nos llevan pasando factura –en todos los sentidos– muchos años, y sólo gracias a Benedicto XVI se ha corregido una actitud tal vez comprensible pero perniciosa. La actuación del jesuita padre Lombardi con la manifestación celebrada en Roma y su inteligente escrito demuestran que se ha pasado página.

Pero una cosa son las víctimas y otra muy distinta los que las manipulan so capa de ayuda. Me refiero a esos bufetes de abogados que se han hecho millonarios, a algunas de sus asociaciones y a los medios de comunicación que utilizan como misiles antieclesiales cualquier noticia, aun la más pintoresca, referida a este tema.

Creo que ha llegado el momento de corregir la falsa idea de que todos los sacerdotes son pederastas y de que sólo los sacerdotes caen en ese vicio. Es un problema de justicia y sobre todo de claridad.

apelayo@vidanueva.es

En el nº 2.727 de Vida Nueva

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Especial Visita de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona

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