Cáritas duplica su acción social gracias al apoyo ciudadano

religiosa ayuda a un anciano en un centro de Cáritas

En 2009 invirtió 230 millones de euros y acogió a casi 800.000 personas en España

(Miguel Ángel Malavia) En este momento, cuando la crisis golpea con mayor virulencia a España, Cáritas redobla su labor. Como ya hiciera en los “tiempos de bonanza” –cuando denunciaba los desequilibrios del sistema, que permitía que hubiera un 19,5% de pobres–, y ahora, en “tiempos de vacas flacas”, cuando el número oficial de parados asciende a 4.017.763. Pese al drama que esto supone, y más en un contexto en el que el Estado ha recortado sus políticas sociales –congelación de las pensiones, reducción del sueldo de los funcionarios, recorte en las políticas de ayuda al desarrollo…–, los ciudadanos saben que cuentan con un sostén en el que apoyarse en una situación de máxima incidencia de la crisis que cristalizó entre 2007 y 2008. Y éste no es otro que el brazo de la acción social de la Iglesia.

Algo que evidencian los datos, que han evolucionado a un ritmo vertiginoso (para mal) en los últimos cuatro años. Éstos, recogidos en la Memoria de Cáritas relativa a 2009, fueron presentados en rueda de prensa en la madrileña sede de Cáritas Española el pasado 27 de octubre, dejando un balance que habla por sí solo. Como gran aspecto revelador, si en 2007 Cáritas ofrecía acogida y atención primaria –ayudas en ropa, comida y necesidades básicas– a 370.251 personas, y en 2008 a 633.315, el pasado curso llegó hasta las 786.273, lo que supone un incremento de más de un 50% en 24 meses. Del mismo modo, es significativa su inversión económica, que ascendió a 230 millones de euros en 2009, un 6% más respecto al año anterior, que llegó a 217 millones; y un 15% más que en 2007, que fue de 200 millones.

Pero, ¿cómo es esto posible? ¿Cómo puede aumentar su capacidad de acción una asociación que depende, en gran medida, de las manos que la conforman desinteresadamente? Recibiendo solidaridad a la vez que extiende solidaridad. Los datos, una vez más, son elocuentes: si los socios y donantes de Cáritas ascendían en 2008 a 225.641, el pasado curso se duplicaron, llegando hasta los 472.873. Por lo tanto, la ayuda de casi medio millón de personas repercutió en 2009, a través de Cáritas, en las casi 800.000 personas que llegaron hasta ella en busca de ayuda urgente.

Crece el número de voluntarios

Todo un proyecto de cooperación en el que, además, se involucraron directamente los voluntarios, cuyo número, en sólo doce meses, aumentó en un 5%: de 56.998 a 59.686. Este paso adelante de la propia ciudadanía es el que explica, en la mayor medida, el crecimiento en la acción social de Cáritas. Lo cual muestra este porcentaje: de cada 100 euros invertidos por la institución eclesial en 2009, 37,87 procedieron de subvenciones públicas y hasta un 62,13 salió directamente de las donaciones particulares. En total, de los 230 millones de euros invertidos el pasado año, 142,9 salieron de los mismos bolsillos de las personas que quisieron canalizar su ayuda a través de Cáritas.

Algo que se valora desde la asociación como una gran muestra de madurez de la ciudadanía, además de la ratificación de su labor social. Así lo destaca a Vida Nueva el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora: “Es un ejercicio de responsabilidad social colectiva muy esperanzador, que demuestra que, cuando somos capaces de explicar adecuadamente los problemas y ofrecer respuestas eficaces y urgentes a las necesidades reales de la pobreza y la exclusión social, la sociedad responde. Cáritas tiene experiencia de ello a lo largo de su historia y siempre que hemos lanzado un mensaje de alerta, la sociedad y la comunidad cristiana han escuchado esa llamada”. De ahí que la campaña Cáritas ante la crisis, que se inició hace dos años, entre ahora en “una nueva fase”. Tal y como sus responsables indicaron en la rueda de prensa de presentación de la Memoria de 2009, es el momento de profundizar en la “sensibilización”, concienciando a la sociedad de que quienes están en riesgo de exclusión “son personas, no son números”. El reto es claro: “Asumir estilos de vida coherentes y co-responsables con los más débiles y vulnerables”.

Sebastián Mora

Como reafirma Mora, gran parte de la sociedad está apostando por esta línea. Y lo hace a través de Cáritas, por la “credibilidad” y la “confianza que los ciudadanos tienen en nuestro servicio organizado de la solidaridad fraterna en el marco de la Iglesia y en la capacidad para responder a las necesidades de las personas más vulnerables cuando las Administraciones y los servicios sociales públicos, como sucede en la actualidad, no están respondiendo con la eficacia debida”. Sin embargo, Cáritas ni ninguna otra organización puede anteponer su función a la que les corresponde a las administraciones públicas: “Nosotros, aunque podemos desarrollar una labor complementaria en este campo –recalca–, nunca debemos sustituir el papel del Estado a la hora de garantizar los derechos sociales de cada ciudadano”.

Por todo ello, puesto que es responsabilidad de los gobernantes, Mora reitera, una vez más, el llamamiento a un Pacto de Estado por la Crisis: “En todos los contactos con los poderes públicos venimos insistiendo en la necesidad de acometer una reforma profunda de políticas sociales estratégicas que, con un gasto de recursos públicos asumible, haga posible, por una parte, atenuar las condiciones de precariedad de las familias más pobres a través de una reforma del sistema de garantía de rentas y, por otra, incrementar los índices de protección social de nuestro país, que sigue arrojando una diferencia de siete puntos con relación a la media europea. Y con relación a la crisis y a posibles planes de respuesta, debo recordar que Cáritas lanzó en los primeros meses de 2009 un Plan de Acción ante la Crisis centrado en ayudas básicas, búsqueda de empleo y apoyo a las necesidades de vivienda, con objeto de paliar los efectos más graves en las personas”. Ésta es la propuesta concreta de la institución que el pasado año, con el apoyo de cerca de medio millón de ciudadanos, atendió en España a casi 800.000 personas en situación de empobrecimiento.

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UNA OLA SOLIDARIA


En 2009 Cáritas invirtió 230 millones de euros en atender a 6.224.931 personas en todo el mundo: 4.717.195 en el extranjero y 1.507.736 en España. Dentro de nuestras fronteras, más allá de la atención primaria a 786.273 personas en riesgo de exclusión social –que tuvo un coste de 31.058.697 euros, un 25% más que en 2008–, las acciones se extendieron a otros campos, como el de Empleo e Inserción Laboral –ayudando a 90.665 personas, por 28,1 millones de euros, un 18% más que el año anterior– o Vivienda, beneficiándose 3.255 personas, costando 3,65 millones de euros, creciendo en un 22%. Además, en España se atendió a 135.672 inmigrantes en situación de dificultad, destinándose para ello 8.972.210 millones de euros.

En el nº 2.727 de Vida Nueva.

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