Tumaini: un futuro para las mujeres violadas en R. D. del Congo

Una casa para devolver la esperanza a las víctimas de un conflicto olvidado

(Texto: María Gómez / Fotos: África Tumaini) Kinja Solange, de 14 años, fue una de las nueve chicas secuestradas en una incursión de un grupo de militares y es una de las 200.000 jóvenes violadas en la República Democrática del Congo (RDC) desde 1998, el país donde, según Médicos sin Fronteras, se registran el 75% de los casos de violación a nivel mundial. Cuando el P. Donato la conoció, probablemente sintió lo mismo que cuando supo de otros casos, en 2006, recién llegado a su Congo natal tras cuatro años estudiando Teología en España.

A su regreso, este misionero javeriano se encontró con un fenómeno nunca visto: niñas obligadas a prostituirse, niñas que habían sido secuestradas como trofeo y repudiadas por sus familias; las que tenían más suerte, las que pudieron escapar de la muerte, acababan alojadas en ‘casas de tolerancia’ a cambio de vender su cuerpo, cobrándole menos al cliente si querían que éste se pusiera condón.

“Lo que sentí –explica el P. Donato a Vida Nueva desde Bukavu– fue una rebelión ante una situación que deshumaniza a unas inocentes, víctimas de una guerra injusta e injustificada. Sentí que había que hacer algo, porque las mujeres son los pilares de nuestra sociedad”. La rabia le llevó a movilizar a sus contactos en España. Quería montar un centro de referencia donde las chicas pudiesen tener un techo, recuperarse de lo que habían pasado en un ambiente familiar y recibir una formación para que el día de mañana lograsen una cierta autonomía.

Un modo de debilitar al enemigo

Cuatro años después, la casa de acogida Tumaini ni uzima (‘Sin esperanza no hay vida’) es una alternativa a la explotación sexual para las chicas de Bukavu. El paraguas que la sostiene es África Tumaini, una pequeña asociación sin ánimo de lucro afincada en Madrid, impulsada por el P. Donato. Su presidenta, Cándida Leal, recibe a Vida Nueva el 1 de octubre, el mismo día en que se hace público en Ginebra el informe de Naciones Unidas sobre los crímenes en RDC, y que documenta 671 casos de delitos graves acaecidos entre marzo de 1993 y junio de 2003.

El javeriano P. Donato

Rotas las alianzas entre el Congo y sus países vecinos, la invasión del este del país en 1998 por tropas ruandesas fue el inicio de cinco años de guerra que han costado la vida a cuatro millones de personas y ha provocado casi un millón y medio de desplazados. En este contexto, la violencia sexual parece una consecuencia irremediable, porque el conflicto está enquistado y la cruel práctica de abusar de la mujer ya no es sólo un botín de guerra, sino un arma, un modo de debilitar la sociedad africana.

‘Oficinas de escucha’

Ella asegura que “somos poquitos y tenemos poquitos medios”, pero han sabido convencer a amigos y contactos para conseguir ayudas de las Ursulinas de Madrid, Cáritas, el Fondo Riojano de Cooperación… Hoy por hoy, el edificio donde acogen a las chicas está prácticamente rematado (no sin muchas dificultades, incluido un terremoto en 2008) y el siguiente paso está siendo la puesta en marcha de diversos talleres.

Cándida aplaude efusiva el papel de la Iglesia local en esta problemática: en casi todas las parroquias se han instituido ‘oficinas de escucha’ donde se acoge a las mujeres y se las deriva al médico o al psicólogo.

Más información: www.africatumaini.org

Más información en el nº 2.726 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, lea el reportaje completo aquí.

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