Colombia ya tiene nuevo embajador ante la Santa Sede

César Mauricio Velásquez, de 44 años y miembro numerario del Opus Dei, presentó sus cartas credenciales al Papa el día 18

El nuevo embajador (3º por la dcha.) en ‘Teleamiga’ junto al nuncio

(A. Pelayo– Roma) La República de Colombia tiene desde el pasado lunes 18 de octubre un nuevo embajador ante la Santa Sede, en sustitución de Juan Gómez Martínez,  quien ocupó dicho puesto durante poco más de tres años. El nuevo inquilino de la Embajada es un joven universitario de 44 años de edad, doctorado en Comunicación Social y Periodismo y con un máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. Ha tenido una intensa actividad periodística en diversos rotativos colombianos y en medios televisivos. Entre los años 2007 y 2010, dirigió el Servicio de Prensa de la Presidencia de la República cuando Álvaro Uribe ocupaba la Casa de Nariño. Es miembro numerario del Opus Dei y se llama César Mauricio Velásquez Ossa.

Benedicto XVI recibió sus cartas credenciales con el habitual protocolo (entrevista privada, saludo al séquito, fotos, etc.) y se intercambiaron los discursos preparados para esta ocasión.

En el del Papa hay que destacar su “cercanía espiritual y oraciones por quienes en Colombia han sido injusta y cruelmente privados de libertad”. “Rezo también –añadió el Pontífice– por sus familiares y en general por las víctimas de la violencia en todas sus formas, suplicando a Dios que se ponga de una vez fin a tanto sufrimiento y que todos los colombianos puedan vivir reconciliados y en paz en esa bendita tierra tan colmada de recursos naturales”.

Delicado cometido

“Comienza su delicado cometido ante la Santa Sede –le recordó al nuevo embajador– en un momento de particular transcendencia para Colombia. En efecto, en este año tiene lugar la conmemoración del Bicentenario del inicio del proceso que llevó a la independencia y a la constitución de la República. Estoy seguro de que este significativo aniversario será una ocasión singular para acoger las lecciones que la historia proporciona, intensificar las iniciativas y medidas que consoliden la seguridad, la paz, la concordia y el desarrollo integral de todos sus ciudadanos y mirar con serenidad e ilusión el futuro que se avecina”.

También puso un énfasis particular en destacar el papel de la Iglesia católica en la historia de Colombia .”En efecto –dijo Ratzinger– el abnegado trabajo de tantos obispos, presbíteros, religiosos y laicos ha dejado huellas imborrables en los más variados ámbitos del acontecer de vuestra patria, tales como la cultura, el arte, la salud, la convivencia social y la construcción de la paz. Estos esfuerzos, no exentos de sacrificios y adversidades, no pueden ser ignorados. Vale la pena salvaguardarlos como valiosa herencia y potenciarlos como una propuesta benéfica para toda la Nación”.

Después de haber puesto de relieve el papel que la Iglesia colombiana quiere aportar, se refirió a las relaciones que unen a la Santa Sede y a Colombia desde hace ya 165 años y subrayó que, “para tutelar y fomentar la inviolable dignidad de la persona humana, es esencial que el ordenamiento jurídico respete la ley natural en áreas tan esenciales como la salvaguardia de la vida humana desde su concepción hasta su término natural; el derecho a nacer y a vivir en una familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer o el derecho de los padres a que sus hijos reciban una educación acorde con sus propios criterios morales o creencias”.

Terror y narcotráfico

A continuación, el discurso del embajador Velásquez tampoco se anduvo por las ramas. “En Colombia –recordó– el terrorismo y el narcotráfico van de la mano, atentan contra la ecología humana y la ecología ambiental, rompen la unidad familiar y social. Son un engaño, una ilusión llena de maldad”. Reconoció que durante el año 2002 “los grupos violentos obligaron a salir de sus tierras a 440.000 personas; en 2009, a 140.000… Hoy miles de personas, protegidas por el Gobierno, han podido regresar a sus tierras y quienes aún están en proceso de retorno son atendidos con subsidios y programas sociales”. Éste es uno de los puntos sobresalientes de la política del nuevo presidente, Juan Manuel Santos, quien tomó posesión del cargo el pasado mes de agosto en sustitución de Uribe.

Finalmente, César Mauricio Velásquez invitó al Papa a visitar Colombia. En la recepción que siguió a la presentación de las cartas credenciales estaba también presente el cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto emérito de la Congregación para el Clero.

apelayo@vidanueva.es

En el nº 2.726 de Vida Nueva.

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