La Iglesia chilena reza por el rescate de los mineros

Emotivo reencuentro con sus familias de los operarios al salir del pozo

(J. L. Celada) El presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), Alejandro Goic, invitaba a todos los creyentes a orar por el éxito del operativo que se desarrolló el pasado miércoles 13 de octubre y que había sido preparado durante semanas para rescatar a los 33 trabajadores atrapados en la mina San José desde el 5 de agosto.

El también obispo de Rancagua, que fue testigo en el campamento ‘Esperanza’ del “espíritu de fe y la confianza en Dios de los mineros y de sus familiares”, instó a organizar vigilias de oración hasta que todos los “héroes de Atacama” –como ya se les conoce en el país– estuvieran a salvo. Asimismo, pidió a las comunidades y a los párrocos que celebraran eucaristías especiales, rezaran el rosario, expusieran el Santísimo y se reunieran en los hogares y en los templos para orar y hacer lectio divina. “Éste –ha reiterado Goic– es un momento propicio para unir a toda la Iglesia en esta plegaria de fe y esperanza”.

También el obispo de Copiapó, diócesis en la que se halla la mina, llamó a sus feligreses a “mantener la esperanza” y acompañar con sus oraciones a los familiares que aguardaban la salida de sus seres queridos. El claretiano Gaspar Quintana, que ha visitado permanentemente el campamento para estar con las familias y celebrar allí la misa cada domingo, ha reconocido, además, la labor de los equipos de rescate y ha puesto de manifiesto las “lecciones” para el futuro que este suceso deja a todo el país: se trataría de “construir una sociedad donde el derecho a trabajar en condiciones de seguridad sea respetado, y donde cada uno asuma la responsabilidad que le corresponde para que hechos como éste no vuelvan a ocurrir”.

Fin de la huelga mapuche

El rescate de los mineros coincide con el fin de la huelga de hambre que desde hace tres meses llevaban a cabo una treintena de prisioneros mapuches en diversas cárceles del sur de Chile (VN, nº 2.724), y que mantenía también en vilo a todo el país. El último preso en poner fin a su ayuno lo hizo el día 12, casi una semana después de que el grueso de manifestantes abandonaran su protesta.

Tras negociar con el Gobierno de Sebastián Piñera, los indígenas han logrado ser juzgados por la Justicia Civil como exigían, y no bajo la llamada ley antiterrorista que endurecía sus penas y los sometía a la Justicia Militar.

En el nº 2.725 de Vida Nueva.

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