Argentina, invitada a construir una “Patria para todos”

El cardenal Bergoglio preside una nueva peregrinación a la basílica de Luján

El cardenal Bergoglio durante su peregrinación a Luján en 2008

(Washington Uranga– Buenos Aires) Ante la multitud de peregrinos reunidos el 3 de octubre frente a la basílica de la Virgen de Luján, patrona nacional, el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y presidente del Episcopado argentino, elevó su plegaria para pedir “que todos tengan cabida” y “no haya ‘sobrantes’, excluidos ni explotados”.

La mayoría de los fieles presentes había completado una larga marcha de 58 kilómetros desde el santuario de San Cayetano, en la capital, hasta el templo de Luján. “Que esta Patria para todos nos consolide como hermanos en la herencia patriótica de nuestros mayores”, deseó el cardenal, al tiempo de pedir “que nadie sea despreciado; que no crezca el odio entre nosotros” y “que el rencor, ese yuyo amargo que mata, no eche raíces en nuestro corazón”. “Madre –imploró el cardenal–, queremos una Patria renovada en la fraternidad; Madre, queremos una Patria para todos”.

La peregrinación a Luján se realiza desde hace 36 años y se ha convertido en una cita tradicional de la feligresía católica argentina. Inicialmente pensada para los jóvenes, fue sumando adeptos con los años y hoy se la considera una de las mayores manifestaciones de piedad religiosa del país, con un fuerte apoyo de la jerarquía y, en particular, del arzobispo de Buenos Aires, responsable de la organización.

Al iniciarse la peregrinación, el obispo auxiliar de Buenos Aires, Eduardo García, por su parte, oró por la unidad del país, “un trabajo que tenemos que realizar constantemente, y la Virgen de Luján es un factor de unidad que puede ayudarnos a la tarea de construir, día a día, nuestra patria”. “No podemos descansar ni vivir de rentas –prosiguió–, porque todos los días tenemos que hacer el esfuerzo de construir una Patria”. El prelado se refirió, asimismo, a la exclusión al subrayar que “siempre es necesario mayor inclusión, porque la vida va avanzando y hay muchos que van quedando en el camino”. Por tal motivo, “en este momento en que socialmente hay tantos excluidos, tantos sobrantes, tenemos que hacer el esfuerzo de vivir como hermanos”, insistió en un mensaje que va dirigido a “todo el pueblo de Dios, porque todos estamos involucrados”.

wuranga@vidanueva

En el nº 2.724 de Vida Nueva.

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