El Papa atribuye la crisis económica a la “falta de una base ética sólida”

Benedicto XVI ha hablado de la necesidad de una mayor libertad religiosa en países desarrollados

(Juan Rubio– Enviado especial a Londres)

“La opinión ampliamente compartida de que la falta de una base ética sólida en la actividad económica ha contribuido a agravar las dificultades que ahora están padeciendo millones de personas en todo el mundo”. Con estas palabras el Papa ha abordado las raíces de la crisis económica en su discurso a la sociedad civil reunida en el Westminster Hall para escuchar al Pontífice. Este lugar histórico en el que Tomás Moro fue condenado a muerte por Enrique VIII y cuyo memorial está patente en la misma abadía, ha sido el escenario del discurso considerado más importante de esta visita.

En él , Benedicto XVI se ha referido a la falta de libertad religiosa en algunos países y, en este sentido, ha señalado: “No puedo menos que manifestar mi preocupación por la creciente marginación de la religión, especialmente del cristianismo, en algunas partes, incluso en naciones que otorgan un gran énfasis a la tolerancia. Hay algunos que desean que la voz de la religión se silencie”. Después de saludar a los cuatro primeros ministros de Reino Unido asistentes y a otras personalidades, el Papa se ha trasladado para una oración ecuménica en la Abadía de Westminster, junto a líderes de las principales religiones presentes en el país.

Imágenes insólitas

Imágenes inéditas en la capital del Reino Unido y en el corazón mismo del anglicanismo. El Papa junto al arzobispo de Canterbury rezando unidos en la Abadía de Westminster. La Historia pesando sobre su responsabilidad, como sucedió ayer en la recepción concedida por la Reina Isabel II. Una estampa insólita: los gobernantes británicos escuchando la voz del Papa y la sociedad civil aplaudiendo un discurso considerado por algunos de los asistentes como “de un gran calado”. Imágenes inéditas, insisto, en las que no ha faltado el recuerdo a Juan XXIII que puso la primera piedra del ecumenismo y a Juan Pablo II, que con su visita pastoral en 1982, abrió las puertas para la que ahora se lleva a cabo.

El Papa saluda a los ex primeros ministros británicos Blair, Brown y Major

El anti-catolicismo está vencido en la sociedad inglesa y quedan opiniones diversas de tipo doctrinal. A una Iglesia y a otra lo que le preocupa es la creciente ola de secularismo en la sociedad . Un tono cordial, una bien estudiada liturgia y palabras que, sin duda, servirán a allanar caminos de encuentro. Menos manifestaciones de las previstas y una tímida asistencia; algo, por otra parte, propio de una ciudad por la que los turistas deambulan de un lado para otro, mientras algunos prefirieron esperar el paso del papamóvil y otros cambiar sus planes de viaje a otros lugares de la ciudad. No es cosa de comparar, pero la visita de Obama el pasado año atrajo a menos gente y más actos de protesta. Tan sólo hoy, en un gesto muy típico de este país, algunos detalles, calificados más de curiosos que ofensivos. Y pancartas en la Plaza del Parlamento, una de las plazas europeas en la que la presencia de pancartas es frecuente.

Encuentro con los primeros ministros

La tarde comenzó con una visita a Lambeth Palace, residencia del primado de la Iglesia de Inglaterra. Ambos mantuvieron un encuentro personal después de sendos discursos de bienvenida. Desde aquí, por las céntricas calles de Londres, ocupadas por visitantes, pero también por grupos pequeños que protestaban por el silencio de la Iglesia ante los casos de pederastia en el clero, así como alguna que otra pancarta pidiendo al Papa la ordenación de mujeres, Benedicto XVI llegó hasta Westminster Hall, siendo recibido por el portavoz de la Casa de los Comunes y por la portavoz de la Casa de los Lores. El parlamento es la máxima autoridad inglesa. En su discurso, se refirió a la necesidad de poner todos los medios para que la religión sea respetada. “De un fracaso en el aprecio no sólo de los derechos de los creyentes a la libertad de conciencia y a la libertad religiosa, sino también del legítimo papel de la religión en la vida pública“, dijo el Papa. Tras las palabras de  agradecimiento saludó al primer ministro, David Cameron, así como a sus antecesores, Tony Blair, Gordon Brown, Margaret Tatcher y John Major. Este lugar ha sido utilizado para discursos solamente dos ocasiones antes: con motivo de las bodas de oro de la Reina y de la visita de Nelson Mandela.

Benedicto XVI con el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, durante su visita al Palacio de Lambeth

Tras este acto, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, acompañó al  Papa a una oración vespertina que se celebró en la Abadía de Westminster junto a numerosos representantes de otras confesiones religiosas. Tras la oración, el Papa  se retiró a la Nunciatura Apostólica, en Wimbledon, en donde el nuncio español, natural de Ciudad Real, Faustino, ha sido el anfitrión y en donde, según se especulaba en la tarde de hoy, podría recibir a familiares de algunas victimas de pedofilia.

Una tarde en la que, según manifestó el arzobispo católico de Westminster, se han dado pasos muy importantes para la unidad y destacó como algo prioritario el deseo del Papa en este viaje de poner las bases para que la religión sea respetada en el concierto de las naciones con una mayor fuerza.

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