La Iglesia católica aceptará a varios grupos de anglicanos

Responde a las peticiones de clérigos y fieles que han solicitado ingresar en “plena y visible comunión”

Williams-y-Benedicto-XVI(María Gómez) Respondiendo a las peticiones de “numerosos” grupos de anglicanos de diversas partes del mundo que han solicitado a la Santa Sede el ingreso en “plena y visible comunión” en la Iglesia católica, Benedicto XVI ha decidido crear una estructura canónica que permitirá a fieles y clérigos anglicanos esta posibilidad. Así lo anunció el 20 de octubre, en rueda de prensa en Roma, el cardenal William F. Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Si bien el anuncio sorprendía por lo inesperado de la convocatoria a los medios, el asunto viene de atrás.

El cardenal estadounidense no se refirió a ningún grupo completo –sólo habló de 30 ó 50 obispos y “centenares de fieles” que manifestaron su deseo de adhesión a la Iglesia católica–, pero los primeros que han mostrado su gratitud han sido los miembros de la Comunión Tradicional Anglicana (TAC, en sus siglas en inglés). Esta comunidad, fundada en 1991 y compuesta hoy por 400.000 miembros en todo el mundo (África, Australia, Canadá, América Latina, Reino Unido, la India, Pakistán, Japón y los Estados Unidos), decidió en 2007 buscar la comunión corporativa y sacramental con la Iglesia católica. El motivo habría que buscarlo, entre otras razones, en el desacuerdo con la entonces intención –hoy realidad– de otras ramas anglicanas de ordenar como obispos a homosexuales practicantes y a mujeres. En aquel mes de octubre, el arzobispo de Adelaida (Australia) y primado de la TAC, John Hepwort, visitó el dicasterio de Doctrina de la Fe y, en nombre de la Cámara de los Obispos de la TAC, presentó sus propuestas. Con fecha de 5 de julio de 2008, el cardenal Levada le remitió una carta al arzobispo en la que le aseguraba que la Santa Sede seguía con “seria atención” la petición de “unidad corporativa” y, asegurando una respuesta lo antes posible, reconocía: “La situación en la Comunión Anglicana en general se ha hecho todavía más compleja en este tiempo”.

Dos años después y tras el anuncio del Vaticano, Hepwort expresa su “profunda emoción por la generosidad del Santo Padre”. “Él ha dedicado su pontificado a la causa de la unidad. Esto supera nuestros sueños y nuestros rezos”, añade en una nota difundida por la TAC. En ella asegura que otros grupos anglicanos han expresado un deseo similar de ser aceptados en la fe católica y señala que, tanto la reacción de Rowan Williams como “nuestra petición son fruto de un siglo de oraciones por la unidad cristiana, una causa que muchas veces debe haber parecido desesperada. Ahora expresamos nuestra gratitud al arzobispo Williams”.

Williams, arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia anglicana, ha emitido un comunicado conjunto con el arzobispo católico de Westminster, Vicent Nichols. Subrayan que la decisión de la Santa Sede “pone fin a un período de incertidumbre para estos grupos, que albergaban la esperanza de nuevos caminos para alcanzar la unidad con la Iglesia católica”. La Constitución Apostólica es “el reconocimiento ulterior de las coincidencias en la fe, la doctrina y la espiritualidad entre la Iglesia católica y la tradición anglicana. Sin los diálogos de los últimos 40 años, este reconocimiento no habría sido posible. (…). Esta Constitución Apostólica es una consecuencia del diálogo ecuménico entre ambas confesiones”. Ambos prelados reafirman su empeño por que “nuestro compromiso mutuo y las consultas en estos y otros asuntos sigan fortaleciéndose”.

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SACERDOTES CASADOS SÍ, PERO NO OBISPOS

La decisión del Benedicto XVI de aceptar en la Iglesia católica a los anglicanos se traduce en una Constitución Apostólica “que está a punto de publicarse”, apunta el cardenal Levada. En ella se introduce una estructura canónica que “provee a una reunión corporativa a través de la institución de Ordinariatos Personales”, que “permitirán a los fieles ex anglicanos entrar en la plena comunión con la Iglesia católica, conservando al mismo tiempo elementos del específico patrimonio espiritual y litúrgico anglicano”. Levada ha explicado que los clérigos ex anglicanos casados serán ordenados sacerdotes católicos, pero que “razones históricas y ecuménicas no permiten la ordenación de hombres casados como obispos”. Los seminaristas del Ordinariato se prepararán junto a otros seminaristas católicos, pero el propio Ordinariato podrá abrir una casa de formación “para responder a necesidades particulares de formación en el patrimonio anglicano”.

En el nº 2.680 de Vida Nueva.

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