El presidente de los obispos de Japón pide una revisión honesta de la historia

Mensaje en el 65º aniversario de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki

Una mujer reza por las víctimas del bombardeo de Hiroshima

(Vida Nueva) En el 65º aniversario de los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki y del consecuente fin de la II Guerra Mundial, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Japón (CBCJ), Leo Jun Ikenaga, SJ, invita a los japoneses a que reflexionen con honradez sobre la parte de culpa que ha tenido el país en los acontecimientos más crudos del siglo XX.

“Admitir con coraje nuestros pecados ante Dios y buscar su perdón no es un acto de auto-humillación, sino, más bien, un camino para nosotros de llegar a ser auténticamente humanos, como nos lo pide Cristo”, ha declarado Ikenaga, en un mensaje recogido por la agencia asiática UCA News.

El 10 de agosto los católicos japoneses conmemoraron el aniversario de los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto respectivamente), tras los que murieron más de 200.000 personas.

Pasado colonialista de Japón

El prelado pide una reflexión sincera sobre el pasado y su contexto, como las políticas expansionistas del Imperio de Japón durante la primera mitad del siglo XX, que le llevaron a ocupar varios países asiáticos.

Precisamente en el centenario de la anexión de Corea, en 1910, Ikenaga exhorta: “Es esencial que reexaminemos todo lo relacionado con el colonialismo japonés, incluyendo las responsabilidades de la Iglesia católica en Japón. ¿Qué ocurrió y qué tipo de daño ha causado a otros?”.

'Virgen bombardeada' de Nagasaki, el pasado mayo en Nueva York

En su mensaje, el obispo trae a colación el Llamamiento por la paz que el Episcopado emitió en 2005, en el que se urgía ya a un conocimiento retrospectivo y una reflexión sobre la agresión militar de Japón en la II Guerra Mundial, cuando está a punto de cumplirse el 65º aniversario de su finalización (2 de septiembre).

También destaca ciertas iniciativas internacionales por la paz, con aquéllas que abogan por el desarme nuclear: “Este año, las voces que claman por la paz en Japón y en el extranjero han explotado en un grito ensordecedor”.

La ‘Virgen bombardeada’ de Nagasaki

Finalmente, ha tenido palabras para la ‘Virgen bombardeada’ de Nagasaki y ha rememorado la reciente peregrinación de esta famosa estatua (que se salvó del bombardeo de 1945 sobre la Catedral de Urakami) a Nueva York, donde fue exhibida en la sede de las Naciones Unidas.

“Todos tenemos una responsabilidad para el futuro y nuestro primer deber es escuchar el grito de las víctimas”, remata Ikenaga.

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