Las tranquilas pero productivas vacaciones de Benedicto XVI

El Papa prepara el viaje al Reino Unido e inicia la tercera parte de su ‘Jesús’

(Antonio Pelayo– Roma) Los días de Joseph Ratzinger en la residencia estival de Castel Gandolfo transcurren tranquilos y en una atmósfera de total placidez. Benedicto XVI acaba de confirmarse como el séptimo papa más anciano en la milenaria historia de la Iglesia, una vez que ha superado a Gregorio XIII (1572-1585), que murió a los 83 años de edad, y podría “robarle” el sexto puesto a su predecesor, Juan Pablo II, fallecido a los 84. Su estado de salud es considerado satisfactorio por el equipo médico que le atiende (a las órdenes del doctor Patrizio Polisca, cardiólogo) y que controla férreamente su ritmo de trabajo y de descanso, su presión arterial y su sistema cardio-circulatorio, que son los puntos que merecen una especial atención y vigilancia.

La residencia papal (que ocupa los mismos espacios del que fue en su día palacio de invierno del emperador Domiciano) se adapta muy bien a las necesidades del anciano Pontífice. Su altitud sobre el nivel del mar, superior a la de Roma, y la proximidad del lago Albano la ponen al reparo de la canícula romana, que estos días pasados ha oscilado en torno a los 35-38 ºC. El cardenal Maffeo Barberini, que sería papa con el nombre de Urbano VIII, la enriqueció con amplias terrazas y jardines, por los que Benedicto XVI pasea en compañía de su secretario, Georg Gänswein, rezando el rosario, como ha mostrado un reportaje rodado por el Centro Televisivo Vaticano donde, por cierto, se le veía con una visera de béisbol que incrementa la colección de tocados con los que cubre su cabeza (el antiguo camauro que volvió a utilizar Juan XXIII, el sombrero llamado “Saturno” usado por Pablo VI y Juan Pablo II en sus viajes a los países cálidos, etc.). Otras imágenes nos permitían verle mientras contempla el paisaje, da de comer a los peces de uno de los estanques del palacio y en su mesa de trabajo.

En ella transcurre bastantes horas de la jornada. El padre Federico Lombardi, que es una de las personas que lo visita en Castel Gandolfo, ha confirmado la noticia que dimos en su día: Ratzinger ha comenzado a escribir el que será el tercer volumen de su obra Jesús de Nazaret, totalmente dedicado a los llamados “evangelios de la infancia”. Después de haber entregado a la imprenta, hace ya algunos meses, el texto original en alemán del segundo volumen, que está siendo traducido simultáneamente al italiano, inglés, francés y español, y que será hecho público en los primeros meses de 2011, se ha embarcado en la aventura de completar esta obra, a la que siempre pensó dedicar los últimos años de su vida.

En otros momentos del día, el Santo Padre, además de cumplir con sus habituales ritos litúrgicos y devocionales, disfruta escuchando música clásica, leyendo o tocando el piano y recibiendo un número reducido de visitas personales, comenzando por su hermano mayor Georg, cuya llegada está prevista para finales del mes de julio y que permanecerá con él todo el mes de agosto.

Se equivoca quien concluya que durante sus vacaciones el Papa se desentiende de la marcha del mundo y de la Iglesia. El secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, le mantiene informado de los asuntos más relevantes y, en todo caso, prepara sus más importantes intervenciones en un futuro próximo: el viaje al Reino Unido (del 16 al 19 de septiembre) y la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, que comenzará en Roma el 10 de octubre y finalizará el domingo 24 del mismo mes. El portavoz vaticano también ha anunciado que la exhortación apostólica que recogerá las aportaciones y sugerencias del Sínodo de 2008 sobre la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia está ya en su fase final.

Aunque decrece su ritmo, no se interrumpe la serie de nombramientos episcopales o para destacados cargos en la vida de la Iglesia. A mediados de julio se anunció, por ejemplo, el del nuevo Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York. Esta responsabilidad, desempeñada desde hace algunos años por Celestino Migliore (nombrado recientemente nuncio apostólico en Polonia), va a ser confiada a partir de ahora al diplomático indio Francis Assisi Chullikatt, nacido en Bolghatty en 1953. Su último destino (desde 2006) ha sido el de nuncio en Irak y Jordania, pero antes había trabajado en las representaciones pontificias de Honduras, África Meridional y Filipinas, además de en la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado y en la Delegación vaticana ante la ONU, adonde ahora vuelve con una redoblada experiencia. Con esta designación, la diplomacia vaticana ya no es exclusivamente italiana, pues éste es el primer rostro asiático que representa a la Santa Sede en la ONU.

Otro segmento de su actividad que el Papa no abandona nunca es el poco conocido de su ayuda a las múltiples necesidades que se le presentan desde todos los rincones del mundo. La expresión más reciente de lo que podríamos llamar “la caridad del Papa” ha estado a cargo del cardenal Paul Josef Cordes, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum y de la Fundación Populorum Progressio, cuyo Consejo de Administración se reunió en la República Dominicana del 20 al 23 de julio. El día 22, el cardenal alemán se dirigió a Haití, y durante su visita hizo entrega de una primera donación del Santo Padre de 250.000 dólares para la reconstrucción de la escuela de San Francisco de Sales en Puerto Príncipe, así como de una importante suma de dinero destinada a Caritas Haití.

Reunión de la 'Populorum Progressio' en la República Dominicana

Como decía, estas acciones caritativas del Papa pasan desapercibidas la mayoría de las veces, o son poco conocidas del gran público, también del católico. Según datos hechos públicos por Cor Unum en Roma, el pasado año Benedicto XVI distribuyó ocho millones y medio de dólares a través de la ya citada Fundación Populorum Progressio o de su émula Fundación Juan Pablo II para el Sahel. Pero no son éstas las únicas vías, ya que la iniciativa ‘Cien proyectos del Santo Padre’ canaliza cada año ingentes sumas de dinero hacia proyectos presentados por las Iglesias de los países en vías de desarrollo, que son financiados en parte por las Iglesias particulares de los países más poderosos y en parte por la Santa Sede. En 2009, el conjunto de proyectos presentados importaba una suma superior a los veinte millones de dólares.

Polémico reportaje en Italia

De las noticias que llegan a la mesa papal, no todas son felices. Esta semana, por ejemplo, el semanario Panorama dedicó su portada a un reportaje sensacionalista sobre “Las noches bravas de los curas gays”, donde se informaba sobre supuestas francachelas de tres sacerdotes homosexuales residentes en Roma (anónimos, por supuesto). El Vicariato de Roma lamentaba este ataque a la inmensa mayoría del clero de la capital y les pedía a los que llevan una doble vida que “salgan al descubierto. No les queremos mal, pero no podemos aceptar que a causa de sus comportamientos sea enfangada la honorabilidad de todos los demás sacerdotes”.

El Papa pasea por los alrededores de su residencia estival

Por último, el 1 de julio ha sido nombrado rector de la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat en Roma el sacerdote Mariano Sanz González, hasta ahora vicerrector de la misma, así como del anejo Centro Español de Estudios Eclesiásticos. Sustituye en ambos cargos a José Luis González Novalín, Prelado de Honor de Su Santidad. La noticia fue hecha pública el 25 de julio, Solemnidad de Santiago Apóstol, durante la celebración eucarística, a la que asistió el Embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez.

Mariano Sanz (Segovia, 1959) es sacerdote desde 1987, licenciado en Derecho Canónico y el doctor en la misma rama por la Universidad Pontificia de Salamanca, donde fue profesor encargado de cátedra, impartiendo Nomología Canónica, Derecho Público Eclesiástico y Fundamentación Teológica de Derecho Canónico. También ha sido director de Trabajos del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Carlos III de Madrid e impartió cursos de Derecho Canónico en la Universidad Federico II de Nápoles. Desde 1998 era vicerrector de la Iglesia Española de Roma y del Centro de Estudios Eclesiásticos.

Por su parte, González Novalín (Asturias, 1929) estudió en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde consiguió el doctorado en Historia Eclesiástica. Fue profesor en el seminario de Oviedo, en la Facultad de Teología del Norte de España y en el Teresianum de Roma. Canónigo archivero de la catedral ovetense, fue también director del Secretariado Diocesano de Pastoral Litúrgica. En 1974 fue nombrado vicerrector de la Iglesia Española en Roma y dedicó la mayoría de su tiempo al estudio de la Iglesia en España durante la época de la Reforma y de la Inquisición (su tesis doctoral versó sobre el inquisidor general Fernando de Valdés). Hasta 1999 dirigió el proyecto ‘Flórez 2000’, sobre la historia de las diócesis españolas, en la BAC. En 1998 sustituyó en la Rectoría de la Iglesia de Santiago y Montserrat de Roma a monseñor Justo Fernández.

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LA LEGIÓN DE CRISTO, EN PERÍODO DE ‘INTERREGNO’


Nombrado por Benedicto XVI el pasado 16 de junio (y hecho público el 9 de julio) como delegado para la Congregación de los Legionarios de Cristo, Velasio de Paolis no ha querido perder el tiempo, pero tampoco entrar como un elefante en una cacharrería. Ya se ha reunido dos veces con el Consejo General y el 10 de julio envió a todos los miembros de la institución fundada por el padre Marcial Maciel una carta de tono fraterno en la que indica el “camino” que va a seguir en su acción y las líneas de fuerza que van a inspirarla.

“El Papa, a través de mí –les dice–, quiere ahora acompañaros en vuestro camino para que, sin dejaros descorazonar por los tristes sucesos que quedan a vuestras espaldas, podáis alegraros de vuestro presente, del don de la vocación religiosa, sacerdotal y misionera que habéis recibido”. Entrando ya más en concreto en la madeja de problemas abiertos, indica como prioridad “tomar claramente conciencia de la situación que nos encontramos e individuar con nitidez las causas que nos han conducido al malestar y al sufrimiento interior de hoy. El Papa nos indica también el camino: principalmente, un retomar en consideración el carisma del instituto y más concretamente las normas constitucionales que son su expresión y protección”. Este trabajo, cuya duración no se concreta, se traducirá en un “capítulo extraordinario de la Congregación en el que será aprobado el nuevo texto de las Constituciones”.

De Paolis añade una advertencia a los sacerdotes y seminaristas legionarios y a los seglares miembros del Regnum Christi: “La vocación es algo demasiado serio para que se pueda tomar una decisión sobre ella en un momento de desorientación. Tengamos paciencia”. Parece una paráfrasis del ignaciano “en tiempos de turbación, no se haga mudanza”.

El día anterior a esta carta se fechaba el Decreto de la Secretaría de Estado en el que se especifican las atribuciones del delegado pontificio. Es un texto firmado por el cardenal Tarcisio Bertone. Por si alguien hubiera albergado dudas, el delegado dispone de todos los poderes que le concede actuar en nombre del Papa, única persona a la que tiene que rendir cuentas. Pero también se especifica que “los superiores del instituto en todos los niveles (…) permanecen en sus oficios ‘ad nutum Sanctae Sedis’ (hasta que la Santa Sede disponga) mientras no sea necesario proveer de otro modo”. El corte de cabezas –si lo hubiera o hubiese– se aplaza algún tiempo, y esto ya ha sido visto con no excesivamente buenos ojos por quienes estiman que se necesitaba un “gesto” para indicar la ruptura con el período anterior.

Otro aspecto importante del decreto es el siguiente, que rompe el corsé en que vivió la Legión en tiempos de su fundador y de su inmediato sucesor: “Todos tienen libre acceso al Delegado y todos pueden tratar personalmente con él; a su vez, el Delegado tiene el poder de intervenir en todo lugar donde estime oportuno, incluso en el mismo gobierno interno del Instituto, a todos lo niveles”. Se anuncia el nombramiento de cuatro “consejeros personales” del delegado que le ayudarán en su ardua tarea y de una comisión para la revisión de las Constituciones. Los nombres de los primeros y de los miembros de la comisión permitirán juzgar hasta qué punto se quiere reformar todo lo reformable, que es mucho, sin perder nada de lo válido, que no es poco.

apelayo@vidanueva.es

En el nº 2.718 de Vida Nueva.

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