El movimiento de comunidades Adsis se globaliza

Crece la participación internacional en los órganos de decisión

(José Luis Palacios) Unos 60 miembros de Adsis han celebrado, del 19 al 25 de julio en El Escorial (Madrid), la 3ª Conferencia General para reflexionar sobre su evolución como “movimiento amplio” y profundizar en la “fraternidad solidaria”. Nunca antes la participación internacional en los órganos decisorios de la asociación de fieles había sido tan numerosa.

La asistencia de doce oriundos de la región Cono Sur, integrada por los representantes de las comunidades de Argentina, Chile y Uruguay, y de la región andina, compuesta por los delegados de Bolivia, Ecuador y Perú, confirma la implantación de este movimiento en tierras americanas. La Eucaristía celebrada al inicio estuvo presidida por el obispo de Loja (Ecuador), Julio Parrilla, miembro de Adsis desde 1971. Además de los representantes españoles, también han acudido los de las comunidades de Italia y Rumanía.

Han sonado otros acentos, ha habido traducciones y las distintas realidades de cada país se han hecho presentes, lo que ha permitido, en palabras de Mariano Montero, sacerdote nacido en Salamanca, ordenado en Valdivia (Chile) y miembro del Consejo General de Adsis, “crear una conciencia nueva de ambos continentes y de la diversidad de cada comunidad”. Este sacerdote relata cómo “las comunidades han expresado la inquietud por vivir el Evangelio y el credo Adsis en medio de la crisis global, del cambio cultural y de una realidad social muy difícil para las familias, los jóvenes y las personas empobrecidas, que estrecha sus horizontes de futuro”. A partir de una intervención inicial del moderador general sobre la realidad actual de la sociedad y del movimiento en ella, los participantes en esta conferencia han desarrollado un trabajo de reflexión, debate y propuestas de acción, siguiendo el método del ver-juzgar-actuar.

En la actualidad, son cerca de 30 las comunidades que viven la comunión de bienes y de acción, según el carisma Adsis, inspirado en el Vaticano II y fundado por el sacerdote José Luis Pérez. Aproximadamente 250 personas han hecho la “opción definitiva” por esta propuesta de vida cristiana que llega a matrimonios y célibes, a ordenados y laicos, convirtiéndose así en “hermanos”, mientras que otras 80 personas se han vinculado al movimiento como “asociados”, sin residir en las casas de las comunidades, pero participando de su misión y espiritualidad.

Las conferencias generales de Adsis se celebran en mitad de los sexenios entre las asambleas generales. En esta ocasión, los miembros han podido reflexionar sobre “la fraternidad”. El moderador general del movimiento de comunidades, Gonzalo Espina, elegido en 2001 y de nuevo ratificado en 2007, explica que el encuentro ha servido “para tomar el pulso a la evolución del movimiento, pero también como un momento de confluencia y de debate en un clima de cercanía y contento generalizado”.

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NUEVOS MODOS DE PRESENCIA


“Lo vivido estos días nos indica que estamos avanzando hacia lo que nos proponíamos, abrir nuevos modos de presencia en la organización, más allá de los hermanos que hacen la opción definitiva Adsis; hemos consolidado la vinculación de los asociados, los Adsis joven, los voluntarios y los cooperadores”, declara Gonzalo Espina, antiguo párroco de Ventanielles (Oviedo).

Los trabajos de los conferenciantes dieron paso a un momento de intensa convivencia, no sólo entre los hermanos, sino también entre los asociados, Adsis joven, colaboradores, amigos y familiares. Fue entre el 24 y 25 de julio y a ella se sumaron cerca de 150 personas. “Ha sido un poner en práctica lo que veníamos hablando, una novedad, porque hasta ahora la participación de personas ajenas a la Conferencia se reducía a la Eucaristía final”, explica el sacerdote Mariano Montero.

Durante la Conferencia han intervenido miembros de la Institución Teresiana y del Movimiento de los Focolares. “Queremos aportar un testimonio de Iglesia de comunión, al lado de los pobres y los jóvenes, seguir siendo presencia entre la gente de Jesús y el Reino de Dios”, afirma Espina.

En el  nº 2.718 de Vida Nueva.

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