Biblia y filatelia

(Nuria Calduch-Benages– Misionera de las Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret y experta en Sagrada Escritura)

“¡Ojalá crezca la afición a la filatelia bíblica! Es un modo sencillo e instructivo para acercarse a la Biblia, para conocer sus personajes, sus historias, sus símbolos. Un simple sello puede despertar un interés inaudito por la obra de Dios en la historia”

Se acercan las vacaciones de verano, un tiempo ideal para cultivar nuestras aficiones. Desde pequeña, siempre me han gustado mucho los sellos. Recuerdo las escapadas que hacíamos los sábados por la mañana con papá y mi hermana a la Plaça Real en el casco antiguo de Barcelona para cambiar los sellos repetidos y comprar los que nos faltaban para completar nuestra colección. Y es que la filatelia es una afición y un arte. Es mucho lo que se aprende contemplando el grabado de un sello, pensando lo que representa, imaginando el motivo de su emisión, apreciando su belleza, el detalle del dibujo, la combinación de colores… Dicen los entendidos que hay más de 260.000 sellos diferentes, sin contar las variedades, y que cada año hay que añadir a esa cifra más de 5.000 sellos nuevos.

Los temas que aparecen en los sellos son muchísimos y muy variados: plantas, animales, trenes, deportes, músicos, arte… Si de joven me apasionaba por las flores, desde hace años mis preferidos son los sellos bíblicos. Según cuenta el franciscano Agripino Cabezón Martín en su obra Filatelia bíblica. La historia Sagrada y la de Israel contadas por la filatelia (editada por Verbo Divino), los sellos de Israel gozan de gran importancia en la filatelia mundial. Esto se debe a sus alusiones bíblicas y a la bandeleta, la parte inferior del sello, que, en realidad, es otro sello donde aparece el texto bíblico al que se refiere la imagen representada.

¡Ojalá crezca la afición a la filatelia bíblica! Es un modo sencillo e instructivo para acercarse a la Biblia, para conocer sus personajes, sus historias, sus símbolos. Un simple sello puede despertar un interés inaudito por la obra de Dios en la historia. Un simple sello puede ser la puerta que nos abre paso a un mundo nuevo. Prestémosle atención.

En el nº 2.718 de Vida Nueva.

Compartir