José Luis González Novalín: “La mermada situación de la Iglesia española explica la poca presencia en la Curia”

Ex rector del Centro Español de Estudios Eclesiásticos de Roma

(Texto y fotos: Darío Menor) José Luis González Novalín, ex rector del Centro Español de Estudios Eclesiásticos y de la Iglesia Española de Santiago y Montserrat en Roma, es todo un símbolo entre los miembros de la Iglesia española en la Ciudad Eterna, donde tiene su residencia desde 1974. La institución que ha dirigido hasta hace pocas fechas lleva 60 años ofreciendo a los sacerdotes diocesanos un lugar privilegiado para realizar sus estudios de doctorado y la investigación científica subsiguiente.

El 1 de julio era nombrado su sucesor: el sacerdote Mariano Sanz González, hasta ahora vicerrector de la Iglesia Española de Santiago y Montserrat en Roma así como del anejo Centro Español de Estudios Eclesiásticos. La noticia fue hecha pública el 25 de julio, Solemnidad de Santiago Apóstol, durante la Celebración Eucarística en la que estuvo presente el Embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez y Vázquez.

¿Cuándo se construyó la Iglesia de Santiago y Montserrat?

A lo largo del siglo XVI, trabajando en ella los mejores arquitectos de Roma del momento. La iglesia se construyó en un área llamada de Montserrat, en la que existían, junto a dos antiguas capillas y otras edificaciones, un hospital para la atención de los peregrinos del Reino de Aragón que se enfermaban en Roma. Cuando en 1807 esta iglesia se unió con la del Apóstol Santiago, situada hasta entonces en Piazza Navona, surgió la idea de edificar aquí una residencia para los capellanes del único templo, que se concluyó en 1862. Es la que existe hoy, siendo a la vez sede del Centro Español de Estudios Eclesiásticos.

¿Cómo nació esta institución?

Ya a partir del siglo XVIII se pensó en dar a los sacerdotes vinculados a las Iglesias nacionales un cometido intelectual. De hecho, algunos realizaban estudios en la Universidad de Roma y en otros centros de la ciudad, pero la idea no se concretó hasta 1949, siendo rector monseñor Maximino Romero de Lema, aconsejado por relevantes personalidades científicas de la urbe, como Pedro de Leturia, profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana, o Arcadio Larraona, que lo era de San Juan de Letrán. Enseguida se constituyó el grupo de los investigadores de la Historia de la Iglesia en España según las aportaciones que podían ofrecer los archivos y bibliotecas de la Ciudad Eterna, empezando por los del Vaticano. Siguió el grupo eclesiástico: Teología, Derecho Canónico, Filosofía, Música Sacra. Todos dejaron importantes estudios en las publicaciones propias del centro y en las de las instituciones donde desarrollaban su actividad.

¿Cómo es la vida de los residentes del Centro de Estudios?

La que corresponde a una comunidad de sacerdotes de unas 15 personas, que es el promedio de los residentes en los distintos períodos del curso: misa y mesa comunitarias, retiros espirituales, rezo en común y diario del Santo Rosario, seguido de una breve exposición del Santísimo… Todo ello respetando la personalidad y ocupaciones de quienes se dedican a un trabajo intelectual. Se cuidan especialmente la misa de los domingos y los ciclos litúrgicos de Pascua y de Navidad, así como las principales fiestas de la Iglesia española: la Virgen del Pilar, Nuestra Señora de Montserrat y el día del Apóstol Santiago.

Misa mozárabe

También se celebra la misa mozárabe…

Sí, es uno de los actos que convoca a más personas. La misa mozárabe se celebraba en España en la época de los visigodos y tiene un proceso histórico muy largo. En España se perdió en el siglo XI, conservándose sólo en la Catedral de Toledo. En la época contemporánea se restauró esta liturgia con la publicación del misal y, desde entonces, el arzobispo de Toledo es su responsable, concediendo el privilegio de la celebración. Aquí en Roma eran bastantes los que la pedían, por lo que elevé la petición al entonces arzobispo, el cardenal Francisco Álvarez Martínez. Se celebra dos veces al año: una en el Adviento y otra el domingo de la Santísima Trinidad, misterios relevantes en la antigua liturgia hispana. Los fieles la ven como una tradición española que conviene conservar.

¿Cómo están celebrando los 60 años del Centro de Estudios?

Se ha buscado que todos los actos del año se hicieran bajo este signo, incluso los más relacionados con el Año Sacerdotal. Como acto específico se tuvo, en la clausura de éste, una conferencia a cargo del conocido teólogo Santiago del Cura, presidente de la Facultad de Teología del Norte de España y residente asiduo de Montserrat, sobre el ministerio del presbítero dedicado al estudio, que es el caso de todos los sacerdotes que pasan por esta casa. Como él mismo, la mayor parte de los sacerdotes que han pasado por aquí han prestado un importante servicio a la Iglesia española.

Usted es también vocal nato de la Junta de la Obra Pía. ¿Cuál es la función de esta institución?

La administración de los bienes dejados por nuestros antepasados en Roma a la Iglesia Nacional Española para sufragios, mantenimiento del culto y atención a necesitados. Actualmente, una parte de estos ingresos se dedican a la actividad cultural, a través del Centro Español de Estudios Eclesiásticos. Otra sigue yendo a obras de caridad a través de instituciones como las Hermanas de los Ancianos Desamparados, Hermanitas de la Cruz y otras afines. La Obra Pía administra también el Panteón de los Españoles en el cementerio de Campo Verano. Se trata, en fin, de una institución benemérita que prestó grandes servicios a la sociedad y a la Iglesia de España, como bien saben las instituciones que fueron beneficiaras.

Contribución vaticana

Con el dinero que se obtiene de los alquileres de sus viviendas se realiza una contribución al Vaticano, ¿no es así?

Sí, pero se trata de una parte irrelevante. Es el Óbolo de San Pedro. Aunque en los últimos años haya sido aumentada, se queda siempre en eso, en un óbolo o pequeña ayuda.

¿Recibe la Obra Pía presiones políticas para la cesión de sus bienes de forma ventajosa para algún fin?

En absoluto. No lo ha experimentado nunca, con ninguno de los gobiernos, en los años que llevo como vocal de la Junta.

¿Por qué cree que hay tan pocos españoles en la Curia romana?

No es un asunto sobre el que yo tenga que tener opinión. Creo, sin embargo, que se trata de un hecho coyuntural. He conocido la curia de Pablo VI, en la que figuraban los cardenales españoles Larraona y Tavera, además del fundador de nuestro Centro de Estudios, el arzobispo Maximino Romero de Lema; he conocido la de Juan Pablo II, con el sustituto de la secretaría de Estado, el cardenal Martínez Somalo, y el prefecto de dos Congregaciones, el cardenal Antonio María Javierre. Conozco, por fin, la de Benedicto XVI, con la presidencia del cardenal Cañizares en una Congregación importante. Por otra parte, no creo que la presencia y aportación de un país se concrete sólo en los cardenales. En cualquier caso, la poca presencia de españoles en la Curia se debe también a la mermada situación de la Iglesia en nuestro país, que difícilmente puede prescindir de clérigos o de obispos.

Usted es también uno de los impulsores del proyecto para crear una residencia para sacerdotes españoles jubilados en Roma…

Es una idea del embajador de España cerca de la Santa Sede, Francisco Vázquez, con la que estoy dispuesto a colaborar. Pero hay que recorrer un camino institucional para la organización de esta casa, previendo los medios que se requieren para su asistencia y su subsistencia. Creo que sería una gestión de la Obra Pía muy en línea con sus propias finalidades.

dmenor@vidanueva.es

En el nº 2.717 de Vida Nueva.

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