Carlos Manuel Escribano ya es nuevo obispo de Teruel

Carlos Manuel Escribano

(M. Á. Malavia) Tras un año en el que su silla episcopal ha permanecido vacante, desde el pasado 20 de julio, la diócesis de Teruel y Albarracín ya tiene nuevo titular. En este caso, el sacerdote Carlos Manuel Escribano Subías. Hasta ahora vicario episcopal de la archidiócesis de Zaragoza, la vocación sacerdotal de Escribano ha discurrido en la diversidad espacial. Gallego de origen (nació el 18 de agosto de 1964 en Carballo, La Coruña), se formó en el Seminario Mayor de Lleida. Tras completar sus estudios en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, especializándose en Teología Moral, fue ordenado sacerdote el 14 de julio de 1996, encardinándose en Zaragoza.

El que será nuevo obispo –aún no se ha confirmado la fecha de su consagración y toma de posesión–, a sus 45 años, se une a la nueva hornada episcopal nacida en los años 60, en pleno origen y desarrollo del Concilio. Mario Iceta (auxiliar de Bilbao, 45 años), Ginés García Beltrán (Guadix, 48 años) o José Mazuelos (Jerez, 49 años) son algunos de los representantes que conforman esta nueva generación de prelados, llamados a llevar las riendas de la Iglesia en España en un futuro próximo.

Con este nombramiento, en Aragón quedan aún vacantes las diócesis de Tarazona, Huesca y Jaca. En Teruel y Albarracín han transcurrido exactamente doce meses desde que José Manuel Lorca fuera trasladado, el 18 de julio del pasado año, a Cartagena. En una rueda de prensa ofrecida el mismo día 20 en la sede episcopal turolense, Lorca destacó de su sucesor el gran conocimiento que éste posee “de la realidad de la Iglesia aragonesa”. Por su parte, Carlos Manuel Escribano, tras reconocer que se siente “abrumado” por el encargo papal, ha manifestado su intención de “patear mucho la diócesis y hablar con mucha gente”.

En el nº 2.717 de Vida Nueva.

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