Las Iglesias, “compañeras fiables” contra la pobreza

Líderes religiosos de Europa quieren intensificar su colaboración con los políticos

(M. Gómez) Las Iglesias de Europa tienen una amplia experiencia en la lucha contra la pobreza y están preparadas para compartirla con los políticos. Pero, a la vez, reclaman un esfuerzo más firme por parte de la Unión Europea (UE) y de sus Estados miembros para conseguir una sociedad que permita a todos vivir dignamente.

Ésta es la petición que los líderes religiosos han hecho en Bruselas, el 9 de julio, durante un Seminario de diálogo entre políticos y representantes de la Conferencia de Iglesias Europeas (CEC) y de la Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE). Dicho Seminario (un significativo foro de diálogo instituido en los años 90 entre las Iglesias y la Comisión Europea) versó, en el Año Europeo 2010 de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, sobre cómo abordar esta tarea en el marco de la estrategia ‘UE 2020’.

“La salida de la actual crisis debería ser el punto de entrada en una nueva economía social de mercado sostenible, más inteligente y más respetuosa del medio ambiente, en la que nuestra prosperidad se base en la innovación y en una mejor utilización de los recursos, y cuyo principal motor sea el conocimiento”, se explica desde la Comisión Europea. Uno de los objetivos concretos es reducir en al menos 20 millones el número de ciudadanos europeos en riesgo de pobreza.

Los obispos y otros representantes religiosos que participaron en el Seminario se han comprometido a intensificar su cooperación con la UE en este ámbito y han explicitado su interés por participar activamente en la Plataforma europea de lucha contra la pobreza puesta en marcha por la Unión.

László Andor, comisario europeo para el Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, consideró que el Seminario del día 9 era “una ocasión de intercambio con las Iglesias” y subrayó la importancia de éstas como “compañeras fiables para lograr el objetivo de reducir la pobreza y la exclusión social en Europa”, ya que “con su larga experiencia, están familiarizadas con los sufrimientos reales de las personas y han desarrollado con éxito iniciativas e instrumentos para combatir” esta lacra.

“Somos conscientes de que el papel de las Iglesias y de las instituciones es diferente –señalaba el obispo Giuseppe Merisi, presidente de Caritas Italiana–. Por tanto, se debe desarrollar una sana cooperación entre los dos actores, incluyendo igualmente a los ciudadanos y a las distintas organizaciones intermediarias”, continuó el obispo, apelando a una globalización de la solidaridad y de valores como la igualdad, la justicia y la libertad.

En el nº 2.716 de Vida Nueva.

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