Centro CLIMA: semillas de desarrollo para Burkina Faso

Hermanos de La Salle enseñan los oficios agrícolas a una veintena de familias

(Texto: Victoria Lara– Traducciones: María Gómez– Fotos: PROYDE) Desde el año 2007, la llegada del mes de abril en Beregadugú, pueblo situado en el suroeste de Burkina Faso, significa para sus habitantes el inicio de la estación de las lluvias, pero también, para muchas familias, supone el comienzo de un itinerario de formación pensado para que puedan valerse por sí mismas y ayudar a sus respectivas comunidades.

Es lo que ofrece el Centro Lasaliano de Iniciación a los Oficios de la Agricultura (CLIMA, en sus siglas en francés), promovido por los Hermanos de La Salle y cuya puesta en marcha ha sido posible gracias a la Asociación Promoción y Desarrollo (PROYDE), ONG vinculada a dicha institución religiosa.

Los alumnos –stagiaires– son matrimonios con edades entre los 20 y los 35 años; un total de 24 familias que conviven y trabajan durante los dos años que dura la formación, divididos en dos cursos de nueve meses cada uno –desde abril hasta diciembre–, coincidiendo con la estación de lluvias. Mientras sus padres están en los campos o en clase, los niños van a la escuela del pueblo y los más pequeños son confiados a la guardería del Centro.

Además de las clases teóricas y prácticas de agricultura, se imparten talleres de carpintería, mecánica, albañilería y de tareas domésticas para las mujeres. También se dan cursos de alfabetización en francés para los que quieren aprender o perfeccionar el idioma, sin olvidar la formación “humana”.

Además de estas enseñanzas, el lasaliano español Raúl de Antón, actual ecónomo del Centro, destaca la importancia de que, durante el curso, personas de diversos lugares y diferentes creencias religiosas vivan bajo el mismo techo: “En CLIMA conviven familias burkinabé católicas, musulmanas o animistas”.

Obstáculos iniciales

El religioso español, Luis Álvarez, que fue el encargado de la puesta en marcha del Centro, tuvo que enfrentarse a algunas dificultades, la principal de ellas: su alto coste. Un 80% de la financiación proviene de España, de organizaciones como PROYDE y Manos Unidas, y algunas entidades públicas, como la Comunidad de Castilla-La Mancha, así como empresas privadas.

En lo que se refiere a su funcionamiento, el objetivo final es que el Centro pueda ser autosuficiente. Para lograrlo, Entre los proyectos de producción que se han previsto están una piscifactoría, la cría de gallinas ponedoras, la ganadería bovina y porcina y el cultivo de árboles frutales. El primero en ponerse en marcha es la piscifactoria, para lo que se ha rehabilitado una antigua presa con la financiación de una empresa española –Bodega Rioja Alta–, que ya está funcionando.

Pero no todo han sido piedras en el camino. El director de CLIMA, Dieudonné Kienou,  se muestra convencido de que “el mayor bien que podemos aportar a esta región es el cambio de mentalidad”, por lo que considera la formación “como un pequeño grano puesto en la tierra, el grano del desarrollo para cada familia que se acerca al Centro”.

Más información en el nº 2.715 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, vea el reportaje completo aquí.

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