Fuga para piano

Villa Amalia

(J. L. Celada) Quien más quien menos ha fantaseado alguna vez con la idea de hacerse invisible o, como mínimo, ha tenido la tentación de desaparecer lejos de la rutina y del compromiso con una realidad opresiva y hostil. Una decisión que casi nunca resulta fácil adoptar, salvo cuando un acontecimiento inesperado acaba proporcionando el empujón definitivo. Tal es el caso de la futura inquilina de Villa Amalia, una mujer que resuelve “apagar” su vida pasada cuando contempla cómo el hombre con quien ha compartido sus últimos quince años se besa furtivamente con otra.

Ella (una Isabelle Huppert que integra por derecho el top ten de las actrices actuales) es la protagonista del último trabajo de Benoît Jacquot, una historia que, en su poético discurrir, nos habla de soledades –elegidas e impuestas–, de opciones vitales y de exigencias morales, de perseguir sombras y de huir hacia la luz… Porque el recóndito hogar que da título a este bello viaje de búsqueda se abre en su desenlace a un horizonte incierto, el mismo con el que arranca semanas antes en una lluviosa noche de sospechas y recelos.

Una infidelidad es el detonante que pone en marcha la maquinaria narrativa de la cinta y la puerta de entrada a la peripecia existencial sin vuelta atrás de esa pianista y compositora en la plenitud de su carrera. Cada nota que sale de sus dedos e irrumpe en el teclado (o queda impresa en el pentagrama) se convierte en sutil acompañante de esta fuga hacia lo desconocido. Un camino que emprende también en pos de todo aquello que permanece latente y que irá desvelándose en el encuentro con un amigo de la infancia o con su anciano progenitor.

Aunque apenas si hay cabida aquí para la nostalgia y los reproches. Soltar lastre, renunciar a cuanto ha venido siendo y haciendo hasta ahora, supone abandonarse en brazos del sentimiento, sin tratar de entender, sólo de vivir. Una apuesta que hace suya el propio realizador, incorporando la música, los sonidos de la naturaleza y el silencio a la sobria arquitectura de un guión que huye de giros imposibles y otras estridencias sin que ello perjudique a la mirada compleja y profunda sobre el ser humano que propone Jacquot o a la serena contemplación de paisajes (especialmente, de la italiana isla de Ischia, frente al Vesubio) que propicia su limpia puesta en escena.

Villa Amalia no sólo nos permite volver a disfrutar del repertorio de matices que exhibe en cada nueva comparecencia una de las grandes de la interpretación, sino que nos reencuentra con una cinematografía como la francesa, que funde letra e imágenes en un delicado ejercicio creativo semejante al de una partitura. Y es que el arte, aunque retrate los misteriosos designios del exilio, jamás perderá su innata capacidad para conmover.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Villa Amalia

DIRECCIÓN:
Benoît Jacquot

GUIÓN:
Benoît Jacquot y Julián Boivent, sobre la novela homónima de Pascal Quignard

FOTOGRAFÍA:
Carolina Champetier

MÚSICA: Bruno Coulais

PRODUCCIÓN: Edouard Weil

INTÉRPRETES: Isabelle Huppert, Jean-Hugues Anglade, Xavier Beauvois, Maya Sansa, Clara Hindi, Viviana Aliberti, Michelle Marquéis, Meter Arens

En el nº 2.714 de Vida Nueva.

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