Ausencias en la Nunciatura

Pocos obispos en la primera recepción del ‘Día del Papa’ de Renzo Fratini

(José Lorenzo) El pasado 29 de junio, las puertas de la Nunciatura, en la madrileña calle de Pío XII, volvieron a abrirse, como es tradicional, para celebrar la festividad de San Pedro y San Pablo, que algunos reducen ya al Día del Papa. Además, en esta ocasión, a los invitados se les recordaba que se conmemoraría también el quinto aniversario del pontificado de Benedicto XVI. Y aún había otro dato más que hacía ciertamente especial esta recepción del decano de los embajadores acreditados en España: era la primera presidida por el nuevo nuncio, Renzo Fratini, quien llegó a España en octubre pasado en sustitución de Manuel Monteiro de Castro.

Sin embargo, esta celebración no estuvo tan concurrida como en otras ocasiones, y, desde luego, no cabe atribuir la mayoría de las ausencias al partido de fútbol de la selección española contra la portuguesa que se jugaba a la misma hora ni a la huelga salvaje del Metro madrileño, que afectó a dos millones de personas, pero no a las personalidades allí presentes. Ni siquiera fue razón suficiente la coincidencia en el mismo día de la imposición en la Basílica de San Pedro del palio a tres arzobispos españoles (ver página 18), acompañados tan sólo por un puñado de obispos cercanos. La escasa presencia de obispos y políticos (en la recepción sólo abundaron otros embajadores) “es el reflejo de la poca consideración o, en cierta forma, de la falta de respeto en estos momentos por el personaje, que no por la persona”, según el análisis que uno de los asistentes hizo para Vida Nueva.

La mitad de las 14 provincias eclesiásticas no estuvo representada en los salones de la Nunciatura. De la otra mitad (sí estuvieron el arzobispo de Burgos, el de Madrid, el de Mérida-Badajoz, el de Zaragoza, y representantes de las de Granada, Valencia y Toledo) había una docena escasa de prelados, entre ellos, dos cardenales, Rouco y García Gasco. Pero tampoco la clase política se dejó ver en la calurosa tarde: el PP se hizo presente a través de la concejala del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, y del ex edil de la capital, José María Álvarez del Manzano. El PSOE, con el secretario de Estado de Justicia, Juan Carlos Campo (muy interesado por el estatuto jurídico de Manos Unidas), en sustitución del ministro Francisco Caamaño, en esos momentos desbordado con la sentencia del Constitucional sobre el Estatut catalán, mucho más controvertido que el de la asociación católica; el Director General de Relaciones con las Confesiones, José María Contreras; o el coordinador de Cristianos Socialistas y Asesor de la Vicepresidencia Primera del Gobierno, Carlos García de Andoaín.

Religiosos y laicos

En representación de la Conferencia Episcopal, además de su presidente, se dejaron ver algunos secretarios de comisiones episcopales. También estuvo el presidente de CONFER, Elías Royón, la del Foro de Laicos, Camino Cañón, el secretario general y la presidenta de Manos Unidas, Rafael Serrano y Myriam García Abrisqueta, y algunas –muy pocas– de las “personalidades” firmantes de una Carta de Bienvenida al Papa. Se ve que, dirigiéndose personalmente a él, no necesitan tratar con ningún intermediario.

En el nº 2.714 de Vida Nueva.

Compartir