La Iglesia ahorra al Estado miles de millones de euros

Memoria de Actividades de 2008 de la CEE

Giménez Barriocanal (derecha) con Isidro Catela, jefe de prensa

(Marina de Miguel) Miles de millones de euros. Éste es el ahorro que la labor de la Iglesia católica supone a las arcas públicas. Y, más en concreto, 30.000 millones de euros, una estimación que, según Fernando Giménez Barriocanal, no está “alejada de la realidad”. Fiel al compromiso de transparencia adquirido con motivo del nuevo modelo de asignación tributaria, el vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española (CEE) presentó el pasado día 17 en la madrileña sede de Añastro la Memoria de Actividades correspondiente al ejercicio 2008, donde se da cuenta de forma pormenorizada del reparto del Fondo Común Interdiocesano y las diferentes actividades realizadas.

ese a que, como se afirma en el documento, “valorar en términos económicos la aportación que realiza la Iglesia a la sociedad y el ahorro que para el conjunto de la sociedad española supone su presencia pública es una misión compleja”, este trabajo permite que el principal sustento, el contribuyente, sepa cuánto ha rendido su aportación al marcar con una x su casilla en la Declaración de la Renta.

Tiempos tan difíciles como los actuales han servido para demostrar que la solidaridad no entiende de crisis o recortes. Y ésta tiene su mayor expresión en la labor que realiza Cáritas y otras entidades de acción caritativa de la Iglesia con los más desfavorecidos. En el periodo analizado, se asistió a 2.764.719 personas en los 4.459 centros, lo que demuestra, como apuntó Giménez Barriocanal, que se trata de “la mayor red asistencial que existe en España de largo”.

Pero esta labor, según continuó el vicesecretario, es consecuencia directa del anuncio y la vivencia de la fe, por lo que no puede disociarse de la actividad pastoral. “El recibir la Buena Noticia, el poder vivir la fe en las parroquias, el poder recibir la administración de sacramentos da lugar a esa inmensa labor asistencial”. En este apartado destacan los más de 45 millones de horas de dedicación a los demás, cuyo coste, si se tuviera que contratar en el mercado, supondría un importe de 1.860 millones de euros. Puesto que el presupuesto que ha destinado la Iglesia a este fin son 680 millones, el resultado muestra que cada euro invertido rinde más de dos veces y media (2,73).

Con respecto al ámbito educativo, 1.370.151 alumnos cursan sus estudios en los 6.041 centros católicos que existen en el país, en  los que se ahorraron a las administraciones públicas 4.148 millones de euros, teniendo en cuenta la diferencia entre el coste de una plaza en un centro público y el importe asignado al concierto por plaza. Además, 20.000 alumnos y 1.387 seminaristas se están formando en las Universidades y Facultades eclesiásticas, así como en otros centros de formación.

La memoria también se ocupa del patrimonio cultural. El 33% de los monumentos españoles son atendidos por la Iglesia católica. Un ingente esfuerzo por preservar un patrimonio de todos y que cada año supone dedicar un coste de 50 millones de euros al mantenimiento y conservación de los templos.

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LA ENSEÑANZA RELIGIOSA, A DEBATE EN LA PERMANENTE


Como ya ocurrió en la Plenaria de abril, la situación de la enseñanza católica en España fue uno de los temas clave de la CCXVI Reunión de la Comisión Permanente, que hasta el 24 de junio ha congregado a los obispos en la sede de Añastro. El punto de partida de la reflexión ha sido un informe presentado por la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis. Su presidente, Casimiro López Llorente, obispo de Segorbe-Castellón, abogó durante la reciente presentación del informe Protagonistas de la Clase de Religión, promovido por la Fundación SM, por “la necesidad de que los profesores tengan la missio canónica y que su formación permanente deba quedar en manos de quienes garantizan la identidad de la fe y de la moral que se transmite en la misma” (Vida Nueva, Nº 2.709).
A petición de Ramón del Hoyo López, obispo de Jaén y presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, también se estudió la publicación de un documento en el que se establezcan los criterios de la cooperación misionera. La aprobación del calendario de reuniones para 2011 también tuvo su tiempo, al igual que varios asuntos de seguimiento, temas económicos y nombramientos.

En el nº 2.713 de Vida Nueva.

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