Aquino tendrá el apoyo de la Iglesia ‘por el bien común’

Corrupción y pobreza, retos principales del nuevo presidente de Filipinas

El presidente electo (dcha.) tomará posesión el próximo 30 de junio

(María Gómez) Después de su arrollador triunfo en las elecciones presidenciales del 10 de mayo, Benigno Aquino III fue proclamado 15º presidente de Filipinas el 9 de junio, en una sesión conjunta del Congreso y el Senado, y jurará su cargo el 30 de junio. El hijo de la muy recordada ex presidenta Corazón Aquino y de Ninoy Aquino, líder opositor de la dictadura de Ferdinand Marcos que murió asesinado, consiguió la victoria electoral más clara en la historia del país y trae consigo, entre otras, la esperanza de acabar con la corrupción en las instituciones públicas y de aliviar las altas cotas de pobreza.

Tras la proclamación, los obispos católicos le enviaron sus felicitaciones y promesas de colaboración, recordándole algunos de sus retos. “Trabajaremos juntos, le deseamos el bien y cooperaremos con aquéllos ideales con los que podamos para ayudarle, sin comprometer nuestras creencias y nuestras convicciones particulares en materias de fe y moral”, dijo Nereo Odchimar, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP).

El ex presidente de la CBCP, Angel Lagdameo, arzobispo de Jaro, espera que Aquino pueda erradicar la corrupción “desenfrenada” y que la nueva Administración tenga en cuenta a “la mayoría, los pobres”. “Deseamos que [Aquino y su vicepresidente, Jejomar Binay] sean sinceros y fieles a sus promesas electorales”. Tras pedir el apoyo a los ciudadanos, deseó que Aquino “mantenga vivos los principios por los que sus padres vivieron y murieron”.

También el nuncio Edward Joseph Adams saludó al nuevo presidente, asegurándole que “no le faltarán desafíos para que los filipinos sigan esforzándose por el progreso y la justicia”.

El deber de los gobernantes

En el 112º aniversario de la independencia del país, el cardenal de Manila, Gaudencio Rosales, esperaba “que los nuevos líderes reconozcan su deber hacia el pueblo por el bien de la nación, no de los partidos, no de la religión, no del Estado”.

De momento ya hay una primera controversia, a causa de un proyecto para un programa de educación sexual en las escuelas que se ha topado con la oposición de la Iglesia. Otro asunto urgente es el de la reforma agraria, crucial para eliminar la pobreza y conseguir el desarrollo de las áreas rurales, según ha señalado el obispo auxiliar de Manila, Broderick Pabillo.

En el nº 2.713 de Vida Nueva.

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