Unos 9.000 curas clausuran en Roma el Año Sacerdotal

(A. Pelayo– Roma) En las vísperas del encuentro internacional al final del Año Sacerdotal (Roma, 9-11 de junio), las cifras que se barajaban hablaban de 9.000 sacerdotes procedentes de 91 países del mundo entero. Si se confirman, dejarían muy atrás las de precedentes encuentros sacerdotales celebrados entre 1966 y 2004, en Fátima, Yamoussoukro, Guadalupe, Tierra Santa, Roma y Malta; y constituirían, sin duda, un éxito de convocatoria que, a su vez, refrendaría la buena idea del Papa de convocar el Año Sacerdotal, que será clausurado el 11 de junio. Si no se toma a irreverencia, me atrevería a decir que se bate un nuevo récord digno del Guinness.

El día 9, la mayoría de los sacerdotes llegaban a Roma para participar, en la Basílica de San Pablo Extramuros y en San Juan de Letrán, en la meditación matutina que predicaba el cardenal Joachim Meisner, arzobispo de Colonia, sobre Conversión y Misión. Al día siguiente sería el turno del cardenal Marc Ouellet, arzobispo de Québec, sobre Invocación al Espíritu Santo con María, en comunión fraterna. Al finalizar las mismas, presidían la misa concelebrada con todos los presentes el cardenal Cláudio Hummes, prefecto del Clero (día 9), y cardenal Tarcisio Bertone (día 10).

El culmen de estos actos de clausura fue la Eucaristía de este viernes 11 presidida por Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro, en el curso de la cual san Juan Mª Vianney fue declarado patrono de todos los sacerdotes. Como ha afirmado el secretario de la Congregación del Clero, Mauro Piacenza, “su testimonio nos recuerda los valores esenciales del sacramento del orden en un momento en el que más que nunca la santidad aparece con evidencia como la única real posibilidad de renovación para la Iglesia y para el mundo”.

Para el jueves había prevista una vigilia con conexiones en directo desde la columnata de Bernini, el Cenáculo de Jerusalén, una favela de Buenos Aires y un sacerdote desde Hollywood, y el Santo Padre dialogará con los sacerdotes.

Pocos días antes de esta magna concentración (el día 6) se celebraba en Polonia la beatificación de Jerzy Popieluszko, el capellán de Solidaridad asesinado por los servicios secretos y a quien el Papa calificó de “ejemplo para sacerdotes”.

apelayo@vidanueva.es

En el nº 2.711 de Vida Nueva.

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