Jerarquía y Vida Religiosa: en busca de caminos de comunión

Conflictos y tensiones entre dos carismas

(Vida Nueva) En la reciente asamblea semestral de la Unión de Superiores Generales (USG), los religiosos subrayaron la necesidad de buscar “nuevas formas de colaboración” con los laicos y entre las propias congregaciones. ¿Y con los obispos? A lo largo de la historia, no han faltado conflictos y tensiones entre la Jerarquía y la Vida Religiosa, dos carismas al servicio de una misma Iglesia cuya relación ha estado salpicada de desencuentros.

Consciente de lo poco evangélicas que resultan las actitudes que hay detrás, José Mª Guerrero, SJ –autor del ‘Pliego’ de esta semana– nos invita a descubrirlas, a reconocerlas y, en diálogo sincero, a buscar juntos caminos de comunión.

Para ello, Guerrero comienza afirmando que “parece evidente que la ‘comunión eclesial’ –que es una relación recíproca entre ‘personas’ que constituye el ‘ser comunión’–, por venir del mismo origen, la Santísima Trinidad, no puede enfrentar carismas y ministerios, sino conjuntar a las personas que los poseen para edificación de la Iglesia (cfr. 1 Cor 12, 4-8). Esta unidad de todos en la misión común no se opone a la diversidad de funciones y ministerios. Los principios de igualdad y diversidad no son contradictorios”.

Asimismo, explica que “ningún carisma se da en solitario, sino en comunión y complementariedad. Por eso, todos nos necesitamos. El ejercicio de esta ‘necesidad recíproca’ no es algo simplemente funcional. Es algo vital, porque son personas libres en las que actúa el Espíritu, y en esto consiste la comunión”.

El jesuita cita algunos puntos de desencuentro entre Jerarquía y Vida Religiosa. como la forma de entender “la Iglesia-comunión”, el tema de la “autoridad en la Iglesia” o el “magisterio paralelo”. A ellos añade otras preocupaciones de los obispos y religiosos que pueden crear tensiones entre estos dos carismas.

Pero también propone algunos caminos de comunión y encuentro, como “conocerse mejor para estimarse y valorarse más”, mantener “un diálogo constante animado por la caridad”, “despojarse de posturas que imposibiliten el diálogo”, “fomentar las relaciones humanas” y la “participación y corresponsabilidad”, entre otras propuestas.

Más información en el nº 2.711 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, vea el ‘Pliego’ completo aquí.

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