Los religiosos reafirman el rostro cristiano de Europa

La asamblea semestral de la USG analiza la difícil situación de la Vida Religiosa en el Viejo Continente

(Darío Menor– Roma) Esta asamblea ha sido una palmada en la espalda, una muestra de ánimo que nos impulsa a seguir adelante pese a las dificultades. Hemos visto que se nos aprecia más de lo que nosotros creemos”. Enrique Sánchez González, superior general de los combonianos, ha sido uno de los más de 150 participantes en la asamblea semestral de la Unión de Superiores Generales (USG), que ha tenido lugar en Roma del 26 al 28 de mayo. El encuentro, que tenía como tema principal de debate Europa interpela la vida consagrada – Situación e implicación, ha servido para valorar la situación de la vida religiosa en el Viejo Continente, sus problemas y su evolución.

“Hemos hablado de las cuestiones que nos inquietan a los religiosos, como el envejecimiento en la edad media de los hermanos y la dificultad para mantener estructuras que a veces ya no son idóneas para los tiempos actuales. En este sentido, ha sido muy hermosa la reflexión que hemos hecho, viendo que estamos al final de un período, lo que resulta difícil, pero que también supone el nacimiento de una nueva fase en la Vida Religiosa”, explicó el superior de los Combonianos a Vida Nueva.

La asamblea de la USG se abrió con un discurso de su presidente, Pascual Chávez, rector mayor de los salesianos, quien hizo un paralelismo entre la situación actual de la Vida Religiosa en Europa y la que vivieron los paleocristianos. El P. Chávez puso como ejemplo a seguir a san Bernabé, compañero de san Pablo en el establecimiento de la Iglesia de Antioquía. En su diagnóstico de Europa, el superior de los salesianos denunció el “relativismo moral” imperante, que ha provocado una “erosión en el sistema de valores humanos y cristianos que contribuyeron a la construcción de la Europa de hoy”. Esta decadencia moral afecta sobre todo a los religiosos con la emergencia del “laicismo anticatólico”, que sitúa al humanismo y al cristianismo como “dos realidades excluyentes”.

Tras el presidente de la USG, habló la periodista Isabelle de Gaulmyn, responsable de información vaticana en el periódico francés La Croix. La reportera fue la primera de las invitadas que tomó la palabra: participaron también en la asamblea, entre otros, dos laicas, quienes contaron su rica experiencia trabajando junto a religiosos, y un sociólogo, responsable de un análisis científico sobre la situación de la Vida Consagrada. Isabelle de Gaulmyn recordó a los superiores generales que, pese al ambiente poco favorable que hoy se vive en Europa, la sociedad todavía mira con esperanza a los religiosos, reconociéndoles que tienen algo que decir.

Las preocupaciones de hoy

La asamblea concluyó con una misa presidida por el cardenal Franc Rodé, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. El purpurado afirmó en su homilía que el compromiso de los religiosos sólo tendrá sentido si “viven las preocupaciones fundamentales de los hombres y mujeres de hoy”. Eso sí, con la condición de que vivan “buscando a Dios, abriéndose a la transformación de la mente y del corazón que Cristo quiere realizar en cada persona”.

“A todos los cristianos, pero en particular a aquéllos que eligen consagrarse, les espera el compromiso de mostrar a Europa el valor de recuperar su propia herencia religiosa, de redescubrir el rostro siempre joven de Cristo”, afirmó el cardenal Rodé.

COLABORACIÓN CON LOS LAICOS


Otro periodista que intervino en la asamblea fue Carlo Di Cicco, subdirector de L’Osservatore Romano, quien recordó el llamamiento del Concilio Vaticano II para buscar “nuevas formas de colaboración con los laicos”. Éstos, junto a los “sacerdotes y los religiosos están llamados a trabajar juntos en un contexto difícil pero estimulante”, afirmó Di Cicco durante su intervención. Los escollos, opinó el periodista, vienen sobre todo de la caída en el número de vocaciones y en la “necesidad de redimensionar tantos institutos”. En este sentido, los superiores generales debatieron en una de las sesiones de trabajo sobre la idoneidad de acercar aún más las congregaciones. Aunque no se habló de casos concretos, se valoraron incluso posibles fusiones entre institutos con carismas afines. También se departió sobre la necesidad de compartir más experiencias y abrir espacios comunes entre las congregaciones que trabajan en los mismos campos, como la educación.

dmenor@vidanueva.es

En el nº 2.710 de Vida Nueva.

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