José Antonio González: “Este aniversario es una oportunidad para recibir y dar gracias”

Clérigo de San Viator

(Luis Alberto Gonzalo-Díez, CMF) Los Clérigos de San Viator celebran la clausura del 150 aniversario de la muerte del P. Querbes, su fundador. Con tal motivo, José Antonio González, delegado de Pastoral de la Provincia de España, nos habla del momento que vive la institución.

¿Quiénes son los Clérigos de San Viator?

De entrada, son buena gente, que para mí es algo esencial y estimulante. Hasta llegar a la congregación de hoy, conviene recordar que la idea original del fundador era “formar una verdadera escuela normal, que sea para la diócesis un semillero de maestros para las escuelas cristianas parroquiales, los cuales sean en nuestras parroquias rurales, acólitos y sacristanes de los párrocos, siempre a sus órdenes, como también a las del obispo, ya sean célibes o casados”. Los capítulos generales de renovación conciliar nos han ido llevando a lo que hoy conocemos como ‘Comunidad viatoriana’.

Celebrar un aniversario es valorar la historia, pero también mirar al futuro. ¿Cómo se presenta?

Los viatores somos caminantes. Nuestra razón de ser es el compromiso con la vida. Es algo así como conducir un coche… mirada al frente y conducción serena. Este aniversario es una mirada al espejo retrovisor que contempla con gozo el nacimiento para el cielo del P. Querbes (1793-1859). El pasado evoca lo valioso que han hecho y lo generosos que han sido los viatores en la historia, en las tareas “normales”. El futuro no está en las manos de los viatores. Si para Dios hay futuro, que lo hay, para nosotros también. Desearía que este futuro lo asentemos con plena confianza en Él.

¿Qué le atrajo del carisma viator?

Nuestro carisma se configura desde tres elementos: la misión, la espiritualidad y la vida comunitaria. He vivido experiencias enriquecedoras en estos tres ámbitos: trabajo de educador, tareas pastorales y de catequesis, oración y vida interior, corresponsabilidad y acogida comunitarias.

Estamos en un tiempo de especial secularización… Tantas generaciones formadas con los viatores, ¿están dando signos de transformación social?

El 8 de septiembre de 1903 llegaron los tres primeros viatores franceses a España; desde entonces, son más de 2.000 los educadores y más de 80.000 los educandos que han pasado por los colegios viatorianos en más de 100 años. Nuestras parroquias, en este período, también han contado con un número no despreciable de catequistas, agentes de pastoral y catequizandos. Un buen número de ellos han sido, y otros lo son actualmente, personas comprometidas en procesos sociales de transformación, que están aportando o han aportado su granito de arena al bien común. También se han generado, desde las personas y otros ámbitos, signos de sentido contrario. Evidentemente son los mínimos. Pedir perdón, como lo hacemos, es muy cristiano. Intuyo que nadie está libre de pecado como para lanzar la primera piedra.

Señale tres urgencias de la Vida Consagrada.

Coherederos, oración y vida interior y abrir la puerta a los jóvenes.

¿Por qué la Vida Consagrada sigue siendo una posibilidad real para un joven?

Dios quiere a los jóvenes. Los ama con un amor pleno. Por eso es Él quien lleva la iniciativa e invita. Es en Él en quien debemos poner toda nuestra confianza y esperanzas. Otra no menos importante es que los jóvenes de todos los tiempos, también los actuales, tienen sensibilidades, preocupaciones, inquietudes y proyectos que pueden sintonizar con la persona y el mensaje de Jesús. La Vida Consagrada tiene que esforzarse hoy en ofrecer lucidez para ver lo positivo que tienen los jóvenes; creer en ellos, ser creativos para acogerlos donde están y no donde nos gustaría que estuviesen y, en síntesis, crecer en humanidad y cercanía. La Vida Consagrada tiene capacidad para adaptarse a lo que le viene. Llegó la hora de acorralar los pesimismos y la “numeritis” en nuestras comunidades e instituciones y de abrir el campo a la esperanza y la confianza en Dios.

MIRADA CON LUPA

Celebrar un aniversario invita a la serenidad. Los caminos del Reino son así, para ser leídos con paciencia. Una obra evangelizadora animada por los consagrados se construye con muchas personas anónimas que dejan lo mejor de sí, con muchos silencios y con mucha fe. En 150 años no faltan los errores, éstos no hacen sino engrandecer todavía más el milagro de la entrega de quienes descubren la gratuidad, el servicio, la verdad y la Misión como la gran razón de la vida. Ésta es una buena razón para recibir y dar las gracias.

lagonzalez@vidanueva.es

En el nº 2.708 de Vida Nueva.

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