Schönborn acusa a Sodano de “encubrimiento” en el tema de los abusos

cardenal Angelo Sodano

Le responsabiliza del “insuficiente castigo” inferido al cardenal Groer, acusado por un grupo de seminaristas

Christoph Schönborn

(Antonio Pelayo) Este paréntesis del viaje a Portugal (del que informaremos ampliamente en el próximo número y del que hemos dado cuenta puntualmente en nuestra web) le ha permitido al Papa y a sus más inmediatos colaboradores no olvidar, pero sí despegarse en buena parte de la cargada atmósfera de Roma, donde todavía esta semana han descargado como nuevos aguaceros las noticias ligadas al problema de la pederastia de representantes del clero.

El más sonado de todos los episodios han sido las declaraciones informales realizadas, el 28 de abril, a un grupo de periodistas austríacos por el cardenal Christoph Schönborn y recogidas días después, cuando ya habían sido filtradas por diversos medios de comunicación, por la muy oficial agencia de prensa Kathpress. El arzobispo de Viena, ya el Domingo de Ramos (28 de marzo) se refirió a estos escándalos en una entrevista en la televisión nacional ORF, dando a entender que un sector de la Curia había impedido al entonces cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cortar por lo sano en esta pantanosa materia. Ahora ha hecho objeto de sus críticas al decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano. “Ha ganado la otra parte” (la diplomática), parece que le dijo Ratzinger a su discípulo Schönborn, aludiendo a la división de opiniones que había surgido en el gobierno de la Iglesia a la hora de tomar medidas en el asunto.

El purpurado austríaco considera al cardenal Sodano máximo, aunque no único, responsable del insuficiente castigo inferido al que fue su predecesor, el cardenal Hans Hermann Groer, acusado por un grupo de seminaristas de Hollabrunn de haber abusado sexualmente de ellos en más de una ocasión. El affaire explotó en 1995, y el benedictino Groer (nombrado en 1986 por Juan Pablo II para suceder al cardenal Franz König, ante el estupor de éste último y de no pocos prelados del país) lo negó en redondo; pero la evidencia de los hechos acabó por imponerse y tuvo que dimitir, retirándose a la abadía de Marienfeld, donde murió el 24 de marzo de 2003, sin reconocer nunca sus culpas y siendo todavía miembro de varias congregaciones de la Curia romana.

El cardenal Schönborn ha dado un paso más en su acusación, haciendo recaer la responsabilidad de este “encubrimiento” sobre el entonces secretario de Estado, cardenal Sodano. En otro momento de su conversación con los periodistas austríacos, Schönborn calificó como lamentable la expresión “habladurías” utilizada por el cardenal decano al referirse a la cadena de noticias sobre los escándalos de pederastia clerical, en sus palabras de saludo al Pontífice antes de la Misa del Domingo de Pascua.

Angelo Sodano

Nadie, a nivel oficial, en Roma ha querido comentar esta “lanzada” dirigida nada menos que por un purpurado a su decano, implicado, por otra parte, en la aún más turbia historia del padre Marcial Maciel. Hace ya algunas semanas, el National Catholic Reporter le suponía receptor de diversos favores pecuniarios por parte del fundador de los Legionarios de Cristo, informaciones nunca desmentidas y de las que circulan en los pasillos curiales diversas y detalladas confirmaciones.

Como “un acto sin precedentes” califica toda esta historia el historiador Alberto Melloni en un artículo publicado en primera página por el Corriere della Sera el 9 de mayo: “Este enfrentamiento entre dos grandes cardenales nos reenvía a otros campos: las fibrilaciones de la Iglesia de lengua alemana, la beatificación de Wojtyla, los nombramientos en la Curia romana, la provisión de las grandes diócesis del mundo, los capelos cardenalicios y en un futuro lejano, el cónclave; pero confirma que en los máximos niveles institucionales e intelectuales de la Iglesia existen dificultades para dar con el punto crítico de esta situación”.

Por otra parte, en una semana llena de actividad diplomática, el Papa recibió a la presidenta de la Confederación Helvética, Doris Leuthard (que asistió al juramento de guardias suizos el 6 de mayo); al emir de Kuwait, Sabah Al Jaber Al-Sabah; y al presidente de Georgia, Mikheil Saakashvili.

Una última noticia: el nombramiento, como arzobispo de Gniezno y primado de Polonia de Jozef Kowalczyk, nuncio apostólico en Varsovia desde 1989; 21 años al frente de una Nunciatura, además en el propio país, no es cosa de todos los días.

apelayo@vidanueva.es

Extracto de la Crónica Vaticana publicada en el nº 2.707 de Vida Nueva.

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