Entusiastas del gregoriano

(Maite López Martínez) Hay géneros musicales que no pasan nunca de moda. Siempre son válidos. Por eso se agradece tanto que agrupaciones como la ‘Schola Gregoriana Gaudeamus’ mantengan vivo el recuerdo de la música gregoriana, tan íntimamente vinculada a la vida de la Iglesia y a la tradición espiritual de Europa. Se trata de un grupo navarro de entusiastas de la música sacra que, de la mano de su director, Luis Ángel López Aranzadi, pretende recuperar y dar a conocer el tesoro musical del gregoriano.

La agrupación es bastante reciente, ya que inició su andadura en 2004, pero ha actuado con frecuencia en oratorios-conciertos y ya cuenta con dos discos. Exaltate Deum y Te Deum Laudamus. La grabación del primero tuvo lugar en la parroquia de Cristo Rey de Pamplona en el año 2006, una iglesia de grandes dimensiones y con una acústica muy adecuada para la escucha de este tipo de música. Ciertamente, y como pasa con muchos de los más sublimes legados culturales, el canto gregoriano ha sufrido diversos avatares a lo largo de la historia y corrió un grave peligro de extinción, especialmente entre los siglos XIII y XIX, en los que se olvidó prácticamente su existencia. En el siglo XX, vivió una nueva época de esplendor (la “edad de oro”) por el impulso que Pío X le dio otorgándole un lugar privilegiado en la liturgia católica, que durante años fue íntegramente en latín. El Concilio Vaticano II, con la renovación litúrgica y la llamada a utilizar las lenguas vernáculas, supuso una apertura a nuevos lenguajes más comprensibles (en texto y formas musicales) que, finalmente, situó al gregoriano en el lugar que le corresponde. Al igual que otros estilos de música sacra de épocas pasadas, resulta loable y enriquecedor poder seguir disfrutándolos hoy de la mano de grupos especializados que saben recuperarlos para seguir ofreciéndolos al gran público.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.707 de Vida Nueva.

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