Hoy es fiesta en Lisboa

Miles de portugueses saludan a Benedicto XVI en Belén

(María GómezEnviada especial) A las 8:00 h. de la mañana (hora local en Portugal), tres horas antes de que Benedicto XVI aterrice en tierras lusas, parece que el cielo va a respetar al Pontífice. Lisboa ha amanecido con una temperatura de unos 15 ºC, y en los alrededores del aeropuerto, el tráfico es fluido. Nada más salir, un detalle llama la atención: “Carris saúda Bento XVI“. Los autobuses públicos lucen banderitas vaticanas y el citado mensaje en sus letreros. Para lamento de la Asociación República y Laicidad, que ha solicitado oficialmente la retirada de esta “propaganda religiosa”.

A lo largo del recorrido por las calles (casi todas ya cortadas) por las que pasará la comitiva papal por la tarde, se suceden los carteles y pósters de bienvenida, la foto de Ratzinger en marquesinas y escaparates, hoy muchos de ellos cerrados, pues el Gobierno ha decretado que hoy es festivo en la capital. Otra vez, no sin polémica. Pero Lisboa sí desea la llegada de Benedicto XVI; según el presidente Cavaco Silva, los portugueses necesitan “un mensaje de esperanza”.

La primera muestra de cariño y acogida se la dan en Belén, ante el impresionante Monasterio de los Jerónimos, frente al cual se congregan varios miles de personas desde horas antes (se espera que el Papa llegue a las 12.45 h., procedente de la Nunciatura Apostólica, después del recibimiento en el aeropuerto militar).

Hay niños y adultos de mediana edad, pero sobre todo hay personas mayores, y muchas mujeres, que acaban cubriéndose la cabeza con los pañuelos confeccionados con la imagen del Papa.

Porque a eso de las 11.45 h., justo una hora antes de que Benedicto XVI llegue a los Jerónimos, cae una tromba de agua. Tampoco hay dónde refugiarse, así que la Policía, los militares, la banda de música y los muchísimos niños que esperan frente a la fachada del Monasterio aguantan estoicos. Por suerte, escampa pronto, y el resto de la mañana el sol alterna con el viento, pero no vuelve a llover.

Mientras, los peregrinos siguen llegando al entorno del Monasterio, algunos con sus propias sillas; con ellos se mezclan con los pocos turistas que parecen darse cuenta sólo ahora de que el Papa visita Portugal; entre unos y otros los equipos de televisión buscan testimonios para sus reportajes.

Ceremonia breve

Y poquito antes de las 13.00 h., con varios minutos de retraso pero sin que parezca importarle a nadie, aparece el papamóvil a lo lejos. Suenan el himno de la Santa Sede y el himno de Portugal, que los presentes cantan a pleno pulmón mientras agitan sus banderas: “¡Viva o Papa! ¡Viva o Papa!“, y una fragata de la Marina Portuguesa dispara una salva de 21 tiros. La ceremonia es breve, Benedicto XVI entra enseguida en el templo. Y sale enseguida también.

A pocos metros de allí, otro menos nutrido grupo de portugueses -en su mayoría- espera frente al Palacio de Belén, sede del presidente de la República, adonde llega el papamóvil. Ahora el recorrido es tan escaso y tan rápido que los presentes parecen decepcionados: “Ni siquiera nos ha mirado…”.

No saben que en ese momento, el llamado Terreiro de Paço, junto a la Plaza del Comercio, se está llenando de gente.

Esta tarde, a las 18:15 h. (hora local) se prevé unas 300.000 personas en la misa que presidirá Benedicto XVI y que será el primer gran momento de esta visita apostólica de cuatro días a Portugal. Queda aún mucho por ver.

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