Luis Resines Llorente: “Los catecismos españoles pecan de muchas cosas”

Catequeta

(Texto: Marina de Miguel) “Los catecismos españoles pecan de muchas cosas”. Lo dice Luis Resines Llorente, uno de los principales catequetas españoles, y los numerosos años que lleva dedicado a recopilar y estudiar estos manuales de transmisión de la fe avalan esta afirmación. “Ha habido cosas horribles y muy mal dichas, igual que expresiones de la fe muy acertadas. Fallos a la hora de transmitir la fe de forma deficiente, inadaptada al destinatario o de forma intemporal”.

Para este doctor en Teología especializado en Catequética en el Instituto Superior de Pastoral de Madrid, los mejores catecismos no son los que dan las explicaciones más amplias, sino los que “atinan” con los criterios evangélicos: “La mejor lectura que se podría hacer de estos textos es la de contrastarlos con el Evangelio, pues ése es el contenido que deben transmitir”. Junto a la fidelidad al mensaje cristiano, considera crucial que sirva a la comunidad y que se adapte a la época.

Esta adecuación necesaria la aprecia en cómo ha variado la forma de presentar determinados conceptos, como el pecado. “En lo que se refiere a la gravedad, por ejemplo, hay catecismos en los que todo es pecado y casi siempre pecado grave, lo cual supone una inflexión moral gravísima, porque no admite otro tipo de planteamientos, criterios o talantes”. También se percibe, apostilla, en “el hecho de no dar importancia a cuestiones que hoy sí lo son, como el desajuste en materia social, la explotación o el abuso”.

En el estudio de documentos antiguos, Resines ha podido encontrar importantes testimonios de fe. Tal es el caso de una serie de dibujos con los que José María Lorente, en plena Guerra Civil, iluminó para sus hijos el texto de Jerónimo Ripalda, publicado por última vez en 1957. Estas láminas y el pormenorizado estudio que ha realizado se recogen en el libro El Ripalda en viñetas. Un catecismo de la Guerra Civil, que ha presentado recientemente PPC.

Fue José Manuel Estepa, arzobispo castrense emérito, quien le convirtió en coleccionista e investigador. “Empecé a encontrar catecismos en numerosos lugares y, cuando llegué a tener un centenar, pensé que valía la pena continuar”, afirma horas antes de marcharse a Cuenca para analizar un texto que está en el archivo de la Inquisición. Y es que, según ha podido comprobar, aparecen cosas valiosas de la manera más increíble, sólo hay que “poner la antena”: “Es un tejido que estaba en la sociedad española desde hacía mucho tiempo y aparece de una forma u otra, como en el mismo habla, con la expresión ‘la primera en la frente’”.

Por todo lo que ya lleva cosechado para lograr su sueño de hacer la historia de la catequesis en España, se ha dado cuenta del gran valor que tiene la tradición. “En términos teológicos, siempre se habla de la Tradición con mayúsculas y se echa mano de lo escrito por los grandes eruditos; yo me refiero a la tradición con minúsculas, a aquello que se pasa de padres a hijos, de una generación a otra, de unos creyentes a otros”. Así, señala que la familia es una “pieza indispensable en la transmisión de la fe”, ya que en ella, además de aprender a andar, comer o hablar, también aprendemos a creer. “¡Cuántos padres y abuelos están ejerciendo la labor de transmitir la fe y sus nombres no figuran en ningún lado!”, añade.

De estos transmisores anónimos extrae la característica fundamental del catequista. “Debe procurar que su fe sea contagiosa para el otro y le toque en lo vivo, en los sentimientos”. “No se trata de hacer sabios, sino de hacer cristianos”.

En esencia

Una película: Dersu Uzala, de Kurosawa.

Un libro: Un mundo que agoniza, de Delibes.

Una canción: Fantasía coral, de Beethoven.

Un deporte: natación y montaña.

Un lugar del mundo: las Hoces del Duratón, en Segovia.

Un recuerdo de la infancia: hacer espadas de juguete.

Un deseo frustrado: algunos trabajos no publicados.

Una aspiración: dejar caminos abiertos a los que me sigan.

La última alegría: El Ripalda en viñetas.

La mayor tristeza: no llegar a contagiar la fe a otros.

Una persona: Juan XXIII.

Un sueño: llegar a estudiar la catequesis de toda España.

Un regalo: un mapa.

Que me recuerden por: estudiar textos de catequesis que son inéditos.

En el nº 2.704 de Vida Nueva.

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