Sacerdotes de todo el mundo esperan el ‘gran abrazo’

El Año Sacerdotal se cierra en Roma, en junio, con el Congreso Internacional y el encuentro con el Papa

Sacerdotes(Darío Menor) Los días 10 y 11 de marzo, la Pontificia Universidad Lateranense de Roma acogía el Congreso Teológico Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote. Convocado por la Congregación para el Clero, su lema coincide, precisamente, con el de una cita que los curas de todo el mundo deben tener marcada en sus agendas: el próximo 9 de junio comienza en Roma el Congreso Internacional de Sacerdotes, el evento con el que la Iglesia católica cerrará por todo lo alto el Año Sacerdotal, poniendo un broche de oro a las celebraciones del 150º aniversario del fallecimiento de Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars.

Serán tres días para festejar a los sacerdotes, por supuesto, pero también a los seminaristas, diáconos permanentes, religiosos y laicos. El programa incluye momentos de oración y celebración y actividades para reflexionar sobre la importancia del sacerdocio y compartir las inquietudes y desafíos que provoca. El momento cumbre llegará con el encuentro que el Papa mantendrá con los participantes. La organización del congreso corre a cargo de la Opera Romana Pellegrinaggi, institución dependiente del Vicariato de Roma que gestiona el turismo religioso.

‘Un Rambo de la oración’

El arzobispo Mauro Piacenza, secretario de la Congregación para el Clero, afirma que el evento de junio servirá para reivindicar la importancia de los sacerdotes, quienes deben tener la “musculatura interior de Rambo”. “Hay que ser un Rambo de la oración y de la vida interior. Los curas tenemos que ser muy fuertes en el tiempo actual, que no es muy generoso con nosotros”, apunta. El Año Sacerdotal y el congreso que lo concluye servirán para renovar la figura del ministro eclesial, que sufre hoy la “erosión” de la sociedad contemporánea, donde “crece el subjetivismo” y existe cada vez “mayor oposición a Dios”. El ‘número dos’ de la Congregación para el Clero pide a los sacerdotes que no tengan miedo de “remar contracorriente” y emprender todos los días “guerras de santidad”. Este servicio infatigable y muchas veces escondido quiere ser agradecido por Benedicto XVI, para quien la conmemoración del 150º aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars ha supuesto una oportunidad para dar “un gran abrazo” a todos los sacerdotes del mundo.

Los asistentes al congreso de junio pasarán por algunos de los templos más importantes de Roma. El escenario elegido para el primer día es la Basílica de San Pablo Extramuros, donde el cardenal Joachim Meisner, arzobispo de Colonia, dará una conferencia sobre la conversión y la misión. “Viviremos en cada uno de nosotros la caída del caballo que sufrió Pablo”, cuenta monseñor Piacenza. Luego habrá una concelebración de la Eucaristía presidida por el cardenal Cláudio Hummes, prefecto de la Congregación para el Clero.

La importancia de María

El segundo día, jueves día 10, los asistentes se trasladarán a la Basílica de Santa María la Mayor. La conferencia, en este caso, correrá a cargo del cardenal Marc Ouellet, arzobispo de Québec y primado de Canadá. “Ese día nos centraremos en la importancia de la Virgen”, apunta Piacenza. La eucaristía posterior estará presidida por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado vaticano. Cuando caiga el sol se celebrará una vigilia en la Plaza de San Pedro, durante la cual se intercambiarán testimonios, habrá multitud de coloquios e incluso un espacio para la fiesta.

El Congreso Internacional de Sacerdotes se cerrará el viernes 11 de junio con la misa en la Basílica de San Pedro, que presidirá Benedicto XVI.

La Opera Romana Pellegrinaggi espera una gran participación en el congreso de junio. “Nos han llegado ya peticiones hasta de un sacerdote de Groenlandia, cerca del Polo Norte”, cuenta orgulloso el P. Caesar Atuire, director general de la Opera Romana Pellegrinaggi. La mayoría de los que acudirán serán curas europeos, muchos de ellos acompañados por los fieles de sus parroquias. Quienes no puedan pagar el billete o la estancia podrán beneficiarse del fondo de solidaridad que ha puesto en marcha la Opera Romana Pellegrinaggi.

 

UNA OPORTUNIDAD TAMBIÉN PARA LOS LAICOS


Los tres días de Roma no pretenden ser un evento exclusivo para los curas. “No es algo excluyente, debe ser una oportunidad para todos, como ha subrayado el Papa”, sostiene el P. Caesar Atuire, quien destaca el provecho que el laicado puede sacar del encuentro. “Los laicos deben ser conscientes de que pueden hacer muchas cosas. Hoy los sacerdotes desempeñamos demasiadas tareas. En el futuro deberíamos centrarnos en el ministerio sacerdotal y ceder gran parte de nuestras actividades de ahora a los laicos, que deben estar formados y preparados para ello”, advierte. Monseñor Piacenza, por su parte, señala que existen “grandes urgencias de evangelización” que deberían ser satisfechas por los laicos.

dmenor@vidanueva.es

En el nº 2.699 de Vida Nueva.

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