La Educación Religiosa, derecho inalienable en Costa Rica

Escuela-Costa-Rica(J. L. Celada) Los obispos de Costa Rica han reivindicado “el derecho inalienable que tienen los padres de familia católicos de educar a sus hijos según su fe y convicciones” como fundamento de la Educación Religiosa en su país. Al término de su Asamblea ordinaria, celebrada entre el 1 y el 5 de marzo, los ocho integrantes de la Conferencia Episcopal –con su presidente y arzobispo de San José, Hugo Barrantes, a la cabeza– han hecho público un breve documento en el que se muestran preocupados por “la inseguridad y confusión” que ha sembrado una reciente resolución de la Sala Constitucional entre educadores y alumnos de Educación Religiosa y padres y madres de familia.

El dictamen anula la facultad que el Reglamento de la Ley de Carrera Docente concede a los propios obispos de discernir sobre la idoneidad para entregar la Missio Canonica (o Envío Apostólico) a los profesores de la asignatura como agentes de pastoral, para que la impartan en los centros escolares según contemplan los planes de estudio del sistema educativo del país.

Aunque respetan la decisión adoptada, los prelados recuerdan que dicha materia “se ocupa de la comprensión del mundo cultural desde la visión cristiana, sin la cual el patrimonio cultural y la identidad costarricense se verían seriamente empobrecidos”.

Y, apelando a la Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 26), reconocen que se trata de “un derecho humano que debe respetarse”. Por todo ello, “la Educación Religiosa en el ámbito educativo –añaden– es un servicio subsidiario del Estado costarricense a la familia…, no es simplemente una fuente de empleo o una relación de carácter laboral”.

El texto episcopal –titulado La Educación Religiosa, un derecho inalienable– manifiesta más adelante su inquietud ante “la tendencia de querer remplazar la educación religiosa católica, por una enseñanza del hecho religioso de naturaleza multiconfesional, o por una enseñanza ética, estética y de valores, negando el derecho de los padres y madres de familia a optar por la educación religiosa católica para sus hijos e hijas”.

Consciente de que “la Educación Religiosa Escolar es una responsabilidad compartida entre la familia, la Iglesia, el Estado y los centros educativos”, la jerarquía costarricense hace luego un llamamiento a estas instancias para que, desde el respeto a la legislación vigente, asuman su compromiso con la Educación Religiosa como “aporte insustituible” (familias), “derecho” (Estado), “verdadera vocación” (educadores) y “acción prioritaria” (Iglesia).

En el nº 2.699 de Vida Nueva.

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