Manos Unidas presenta su campaña contra el hambre

Las diócesis celebran el 14 de febrero la Jornada Nacional de esta organización católica

Campaña-Manos-Unidas-2010(Jesús Vicioso) Un árbol con un tenedor por tronco es la imagen que simboliza el espíritu de la LI campaña de sensibilización de Manos Unidas, cuyo lema es Contra el hambre, defiende la Tierra. La ONGD católica centrará su trabajo en 2010 en la lucha por el derecho a la alimentación y la justicia climática, el primero y el séptimo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. “Mil veinte millones de personas nos lo exigen, y no sólo como una cuestión de justicia, sino de la necesidad de alcanzar una auténtica fraternidad”, dijo la presidenta de la organización, Myriam García Abrisqueta, en la presentación de la campaña, el día 9 en Madrid, en vísperas del Día del Ayuno voluntario (12 de febrero) y de la Jornada Nacional de Manos Unidas (14 de febrero).

La pretensión para 2010 de esta organización de voluntarios es aunar dos de los objetivos más íntimamente relacionados: la erradicación del hambre y la pobreza extrema, y la sostenibilidad medioambiental. “No somos una organización ecologista, pero eso no implica que no nos preocupe la degradación que sufre el planeta”, explicó la presidenta. Y es que los más desfavorecidos son, de nuevo, quienes más sufren, en este caso, las agresiones al medio ambiente, como recordó Abrisqueta poniendo de ejemplo la catástrofe natural más reciente. “Si Haití no hubiera sido uno de los países más pobres del mundo, ¿las consecuencias hubieran sido las mismas? La respuesta, claramente, es que no”, aseveró.

A propósito de la operación de emergencia tras el devastador terremoto de Haití, el coordinador de proyectos en América Central y Caribe, Waldo Fernández, aseguró que cuando la tierra tiembla, “no tiembla igual para todos”. “Los países empobrecidos son más vulnerables y los desastres los hacen más indefensos ante la pobreza”, apuntó. En este sentido, el responsable adelantó que en sólo dos semanas, Manos Unidas –presente en aquel país desde hace 30 años– ha puesto en marcha 16 proyectos de atención humanitaria a los que se les ha destinado más de 1,16 millones de euros. Estos trabajos se unen a los 68 programas realizados desde 2007 a 2009, con una inversión de 2,3 millones de euros, más los 430.000 euros enviados tras los huracanes Ike, Hanna y Gustave, en 2008.

Una ayuda esencial

Del significado del hambre y la pobreza hablaron el obispo de Bangassou (República Centroafricana), Juan José Aguirre, y el director de Cáritas de San Pedro Sula (Honduras), Carlos Paz Guevara, quienes apoyaron con sus testimonios la presentación de la campaña.

El obispo comboniano, que resaltó la buena simbiosis existente entre misioneros y Manos Unidas, vive y trabaja con los más pobres de entre los pobres. En República Centroafricana, el 95% de la población subsiste con menos de un euro al día en una de las zonas del planeta con más recursos naturales. Multinacionales no africanas expolian indiscriminadamente riquezas minerales de gran valor, como el coltán, y hoy, “quien tiene el control del coltán, controla las guerras”, afirmó el obispo español. Pero a las necesidades básicas de manutención, salubridad, educación y desarrollo social, se les unen las de protección, ya que la violencia de los grupos rebeldes armados es otra de las lacras de una población civil totalmente indefensa. Frente a tanta injusticia, la ayuda de Manos Unidas es esencial para los más de treinta proyectos educativos y sociales que se realizan en Bangassou, de los que se benefician miles de personas desfavorecidas.

No menos importante es la ayuda que presta la ONGD católica en Honduras, un “país de contrastes”, según Carlos Paz Guevara. El responsable de Cáritas de San Pedro Sula denunció la correlación de la alta vulnerabilidad ambiental con la social. “Los empobrecidos son hoy el grito de denuncia de la inequidad y la injusticia social”, destacó para, a continuación, añadir: “Los desastres naturales de los últimos años sólo revelan el grito de la tierra que denuncia la perversidad de un sistema que dilapida los bienes naturales”. Los planes de desarrollo realizados en la diócesis hondureña están dirigidos especialmente a campesinos y miembros de la etnia de los garífunas. Algunos de los proyectos son el abastecimiento de agua potable y la construcción de escuelas y centros de salud, entre otros.

Por otro lado, Abrisqueta avanzó los datos provisionales del ejercicio económico de 2009. Así, esta organización, que acaba de conmemorar su 50º aniversario, ingresó 53,7 millones de euros, de los cuales 41,7 millones provinieron del sector privado y 11,9 millones del sector público. Con este dinero, se sufragaron 692 proyectos de educación, salud, servicios sociales, agrícolas y atención a la mujer, realizados en África (259), Asia (252), América (180) y Oceanía (1).

En el nº 2.695 de Vida Nueva.

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